Han sido innumerables los comentarios en redes sociales y medios de comunicación sobre el centro comercial que Cencosud pretende inaugurar en La Molina y que no se termina de viabilizar. Al respecto abundan todo tipo de versiones sobre las causas de este impase, pero las razones del problema son bastante simples.
La empresa solicitó en el año 2022 una licencia de edificación que se declaró nula debido a que las observaciones concluyeron en un informe del Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento el cual declaró nulo el Informe Técnico Favorable del Revisor Urbano (ITF) por este motivo la Municipalidad de La Molina tuvo que emitir la nulidad de la licencia de edificación.
Pese a esto en el año 2023, cuando Cencosud adquiere la propiedad del terreno sobre el que se edifica el controvertido centro comercial y además se había iniciado una nueva administración edil, solicita una nueva licencia. Esto luego de haber presentado una demanda contenciosa administrativa contra la Nulidad de la Licencia de Edificación emitida por la Municipalidad en el 2022 con lo cual judicializa toda la operación.
Ante esto y habiendo sido notificada la Municipalidad de la admisión de la demanda Contenciosa Administrativa ,tiene que cumplir las normas del procedimiento administrativo, e inhibirse ante la solicitud posterior de Licencia de Edificación solicitada por Cencosud. Esta inhibición se debe mantener hasta que el proceso judicial concluya.
Lo cierto es que, ante este círculo vicioso generado por la demanda de Cencosud y el posterior pedido de otra licencia, la Municipalidad no puede evaluarla ni pronunciarse porque iría contra toda la normatividad legal que dispone que, ante la existencia de un proceso judicial, la autoridad administrativa debe inhibirse de actuar administrativamente en lo relacionado con la materia de demanda.
Así de simple es la razón del entrampamiento. Las observaciones planteadas por la municipalidad acerca de los problemas que se originarían en el tráfico por el ingreso de autos en una vía de por si saturada como la avenida Ferrero, el manejo del tema de los taxis y las motos, los accesos a los parqueos, la situación de la ciclovía, ya conversados entre las partes, analizados por los técnicos y en su mayoría con una solución planteada, devienen en secundarios ante el entrampamiento generado por la demanda contenciosa planteada por Cencosud y que en estricto cumplimiento de la ley termina por impedir la fluidez de sus propios intereses.
Los técnicos y abogados de ambas partes han de ponerse de acuerdo y habrá finalmente una salida al problema, pero mal hacen quienes, sin conocer el tema de fondo, desde posiciones frívolas pretenden anteponer argumentos desechables pretendiendo que se pase a la garrocha por encima de la ley.
La inversión privada siempre es bienvenida, pero con respeto a las normas, las autoridades y la sociedad. En este caso la Municipalidad de La Molina está haciendo respetar el principio de autoridad y las leyes.
