En el Perú nos pasamos la vida en simulacros de sismo y simulacros de tsunami que siempre se ven muy bien en los noticiarios. Salen entonces las autoridades con casco y chaleco, siempre acompañadas de sus jefes de prensa, dando cuenta del éxito de la jornada. Entonces como en un imaginario juego de niños dicen que hubo un sismo de tal magnitud y tantos heridos, también dan cuenta de un imaginario tsunami que dejo tal y tal consecuencia. Nunca terminan estas notas sin recordar que somos un territorio sísmico y felicitando a la población por su participación en el simulacro.
Sin duda ya nos conocemos el libreto y sin duda también, según dicen los expertos, ante una desgracia de gran magnitud, luego de tanto simulacro sabremos qué hacer.
A diferencia de los sismos, los tsunamis se pueden predecir con bastante precisión. Se sabe por ejemplo mediante una operación matemática y según la velocidad del llamado “tren tsunámico”, a la hora en que un oleaje peligroso o un tsunami propiamente dicho llegará a tal o cual costa.
Lo cierto es que la reciente erupción del volcán submarino denominado Hunga-Tonga-Hunga-Ha’apai, frente a la isla de Tonga fue tan violenta que a pesar que su cráter está a 3,886 metros de profundidad en el Océano Pacífico las columnas de humo volcánico se elevaron a más de 21 kilómetros de altura. Esto generó alerta de tsunami en todos los países del Pacífico menos en el Perú.
La Marina de Guerra tuiteó: “que ante la erupción volcánica en Nukualofa – Tonga, este NO GENERA TSUNAMI EN EL LITORAL PERUANO. Se pide mantener la calma e informarse a través de los avisos especiales que emite la @DHN_peru”.
Lo concreto es que Chile, Ecuador y Estados Unidos lanzaron alertas de tsunami y el Perú no. Cabe mencionar también que tenemos un déficit en cuanto a boyas detectoras de tsunami y que al mando de la Dirección de Hidrografía y Navegación, según nos han informado personas vinculadas a la Marina de Guerra del Perú, no hay una persona calificada como Hidrógrafo.
Al final pasó lo que tenía que pasar, llegó a la costa peruana lo más parecido a un tsunami, sin embargo fue calificado entre nosotros como oleaje anómalo. Lamentablemente también, ante la falta de previsión del gobierno, dos mujeres perdieron la vida en Lambayeque al ser arrastrado por el mar el auto en que transitaban. La prensa internacional habla del tsunami en el Perú y de la negligencia de nuestras autoridades.
Llama la atención como el gobierno que fue capaz de impedir a la población acceder a las playas en navidad y año nuevo incluso mediante el uso de la fuerza, no lo haya hecho ahora ante un desastre natural, mostrado otro ángulo de su incapacidad e improvisación y permitiendo la muerte de dos peruanas. Este hecho tiene un responsable político.
No podemos permanecer indolentes ante estos hechos. Estamos ante un asunto que se debe investigar a fondo.
