La semana de representación – una vez al mes – cumple el propósito de que los legisladores visiten sus regiones para dialogar con la población, recibiendo un bono de compensación de 2,800 soles.
Sin embargo, el 16 de septiembre del 2023, doce parlamentarios de diversas bancadas – Acción Popular, APP, Perú Libre, Bloque Magisterial, Cambio Democrático y no agrupados – decidieron cumplir su tarea trasladándose a Moscú, a una distancia de 12,636 kilómetros de Lima, sin autorización de la presidencia o de la mesa directiva y sin coordinar con nuestra Cancillería.
Un periplo casi clandestino, como advirtió un sagaz comentarista político.
Suponemos que los viajeros conocían que el 2014 Rusia se había anexado el territorio ucraniano de Crimea, usurpación no reconocida por 100 naciones de la ONU, y que 8 meses más tarde, el 24 de febrero del 2022, invadió Ucrania. En dos años de guerra las fuerzas armadas de Putin han bombardeado viviendas, hospitales, escuelas, mercados y cometido toda clase de atrocidades, causando la muerte de cerca de cien mil personas en ambos bandos, entre militares y civiles.
¿Nuestros legisladores conocían que sus anfitriones bloquearon el transporte de granos y alimentos por el mar negro, provocando hambruna en muchas regiones, especialmente en África; que cortaron el suministro de gas a Europa para que sus habitantes sufran las inclemencias de un invierno con temperaturas varios grados bajo cero; que contrataron sicarios – el Grupo Wagner – para asesinar a combatientes ucranianos y a mujeres, ancianos y niños de esa nacionalidad, a quienes después arrojaron a fosas comunes con las manos enmarrocadas y claros signos de haber sido torturados?.
Putin, además, ha continuado incrementado su escalada bélica, amenazando lanzar bombas atómicas a los países cuyos gobiernos se interpongan en su camino expansionista y sabotearon la represa de Kajovka, inundando numerosos pueblos ucranianos
Quizás ignoran, asimismo, que la agresión rusa ha sido y es de tal magnitud que la Sala de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional (CPI) las categoriza como “crímenes de lesa humanidad”. Por esa razón los fiscales han expedido una orden de captura contra el jerarca moscovita y sus principales colaboradores, entre otros la comisaria para los Derechos de la Infancia, María Lvova-Belova, implicada en el secuestro de centenares de niños ucranianos trasladados a territorio soviético.
Creemos que nuestros representantes sí estuvieron informados de esas dramáticas noticias porque se han publicado en los medios de comunicación de todo el mundo, incluyendo los resúmenes que diariamente entrega la oficina de prensa del Congreso.
¿Por qué el interés de la Duma de reunirse con parlamentarios del Perú y de otros 16 países del hemisferio? Simplemente para utilizarlos como parte de una maniobra propagandística para legitimarse y mejorar su deteriorada imagen ante la comunidad de naciones y agrietar el aislamiento impuesto por las democracias occidentales.
En esa línea de acción debemos recordar que antes del evento que comentamos, el 2019 y en julio de 2023, el Kremlin y su Duma desarrollaron un exitoso ensayo con las naciones africanas, invitando a legisladores de 49 países y a 21 jefes de Estado y de Gobierno.
En suma, mientras la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso actuó con responsabilidad democrática, repudiando las injerencias de los regímenes de México, Colombia y los deplorables excesos cometidos por la politizada Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, la nota oscura, la página negra, la escribieron quienes por un pasaje, alojamiento, comidas y agasajos se pusieron al lado de un gobernante sanguinario como Vladimir Putin.