A una semana del escándalo de faldas entre Yaziré Pinedo y Alberto Otárola que terminó decantando en su salida del premierato, zarandeando así los cimientos del Ejecutivo. Siete días después parece que se mantendrá el status quo, todo sigue igual y aquí no pasó nada, el premier sigue siendo Otárola con la máscara de Gustavo Adrianzén. No se ha cambiado ni a la secretaria en el gabinete y se estaría desperdiciando una oportunidad valiosa para refrescar y oxigenar un gobierno desahuciado que lo único que hace es alargar su agonía para sobrevivir el año y medio que le queda de vida.
Un quinquenio más tirado por la borda, agotando las reservas del piloto automático. Gustavo Adrianzén se está disparando a los pies si pretende ir al Congreso a pedir el voto de confianza con un gabinete heredado en su integridad y que ya venía siendo cuestionado en algunas carteras cruciales como la del Ministerio del Interior por ejemplo. Lo que el legislativo espera es ver la mano del nuevo premier, su capacidad de convocar a los perfiles más idóneos y técnicos para este momento y no insistir majaderamente con una fórmula caduca ya que de ser así, sería la confirmación del secreto a voces que Otárola no ha perdido ni un ápice de su cuota de poder y lo mejor sería ir pensando en el siguiente premier que sí se atreva a pisar callos con un gabinete 100% renovado, que priorice y ponga en agenda a los 6 millones de estudiantes que inician el año escolar este mes, y que sepa que 4 de cada 10 alumnos en el país presentan ciertos índices de anemia, que sepa que el 70% de los colegios a nivel nacional presentan deficiencias en infraestructura, conectividad y logística, sumado a que un 20% tiene problemas con el agua y desagüe. Solo esta problemática amerita cambios en los Ministerios de Educación, Salud y Vivienda.
El nuevo premier tiene que saber que 600 mil peruanos han dejado el país y no han regresado en busca de nuevas oportunidades de trabajo en virtud a la crisis socio-económica peruana. Hay 54 mil millones de dólares trabados en proyectos mineros y cerca de 28 mil millones de dólares en inversión se han ido al Ecuador y se acaban de perder justamente por este ruido político actual, entonces urge también remover el Ministerio de Trabajo, Producción y Energía y Minas.
En cuanto a la criminalidad y los muertos diarios ni que se diga. Y así más de la mitad del gabinete debería irse ahora. Queremos un nuevo premier que ponga los puntos sobre las íes, que se ponga a trabajar con una agenda clara y firme porque dejar las cosas como están y seguir haciendo todo como hasta ahora, no hay forma, de esa dejadez e incapacidad ya hemos tenido bastante. Esperemos que se dejen los cálculos y los intereses personales de lado de solo querer mantenerse en el cargo y pongamos por delante al país. Lo necesitamos.
