19 de diciembre de 2025

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Por Manuel Merino De Lama / La institucionalidad por encima de las ambiciones: disciplina y lealtad en Acción Popular

Manuel Merino

 

Ser militante de un partido político se parece a ser soldado en un cuartel: Se aprende disciplina, se respeta la jerarquía y, sobre todo, se entiende que la institución está por encima de las ambiciones individuales. Bajo esa lógica, las responsabilidades se asumen de manera progresiva, en la medida en que se hacen méritos y los órganos deliberativos internos, mediante acuerdos, van otorgando confianza.

Por ello, quien aspire a ser candidato presidencial debe reunir requisitos personales y profesionales intachables; debe acreditar una militancia prolongada y destacada. Solo así estará en condiciones de participar en las elecciones internas y, si corresponde, ser proclamado como candidato natural del Partido a la Presidencia de la República.

Si después del escrutinio se proclamase ganador a otro correligionario y el postulante no estuviera conforme, lo correcto es interponer los recursos que los estatutos y reglamentos prevean. Sin embargo, tales cuestionamientos deben debatirse y resolverse dentro de las “cuatro paredes” partidarias, con respeto a los procedimientos, sin estridencias y sin convertir una diferencia interna en un conflicto público.

El reclamo electoral partidario no es equiparable al derecho de justicia y defensa ante juzgados y tribunales ordinarios; menos aun cuando se trata de una confrontación entre correligionarios. En consecuencia, trasladar la disputa al escenario mediático desnaturaliza el proceso, debilita la autoridad de los órganos partidarios y abre un flanco que termina afectando a todos.

La imagen del Partido y su trayectoria no deben quedar expuestas a la presión coyuntural. Por tanto, es inaceptable que un alto dirigente emprenda un tour mediático para forzar una repercusión pública, pues ello puede servir a potenciales adversarios como arma de ataque contra la institución, la militancia, su dirigencia y el candidato que represente al Partido.

Si el candidato perdedor persiste en esa conducta, no está velando por el interés mayor; por el contrario, intenta satisfacer un apetito personal, sobrepasando el bien de la mayoría. Esa actitud revela que carece de templanza para ejercer responsabilidad partidaria y, con mayor razón, para pretender un cargo político en nombre de Acción Popular.

Quien escribe estas líneas sabe lo que es enfrentar la tormenta. No estoy muy contento con la falta de solidaridad cuando fui elegido Presidente de la República en noviembre de 2020, Todo por sacar del poder, al inefable Vizcarra Cornejo! En esos días, mi gabinete y yo recibimos diatribas, vilezas, traiciones y cobardías; y, salvo honrosas excepciones, no vi respaldo monolítico de congresistas, dirigentes ni de la militancia. Aun así, jamás hice un tour mediático para atacar al partido ni para enturbiar la memoria de Fernando Belaunde y Valentín Paniagua.

En ese sentido, el obrar de estos días descalifica a Julio Chávez Chiong para asumir cualquier responsabilidad política, quien prometió principios y gobierno con oportunidades.

Invoco a la militancia, a importantes lideres acciopopulistas – entre fundadores, exsecretarios generales, comités departamentales y provinciales – preservar la unidad, respetar los cauces estatutarios y resolver las controversias con serenidad. Solo así Acción Popular se presentará ante el país con credibilidad.

(*) Expresidente Constitucional de la República.

 

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