El Perú tiene en la actualidad más de 40 proyectos mineros trabados por la inoperancia del Estado y de las propias empresas privadas que se han dejado ganar el “vivo” por los antimineros de siempre. Esa cantidad de proyectos representan para el Perú más de 11 mil millones de dólares de inversión que el país los necesita con suma urgencia para paliar en algo los estragos económicos dejados por la pandemia.
Por ello, es importante que los candidatos pongan en agenda esta delicada situación. Obvio, los candidatos democráticos que desean que el Perú ingrese a la senda del desarrollo económico y no vea hipotecado su futuro por posiciones extremistas. Candidatos que tengan la voluntad política de desarrollar un vasto plan de comunicación y relaciones comunitarias con los pueblos involucrados, poniendo siempre un paso adelante ante las milicias antimineras que, hasta la fecha, han ganado este partido por goleada.
Según el consultor en temas energéticos, César Gutiérrez, debería ser Tía María el proyecto emblemático que se convierta en ejemplo para los demás proyectos trabados, pero trabajando desde las bases, sin imponer nada a una población envenenada por discursos apocalípticos de los grupos de izquierda. “Tía María es un proyecto simbólico. Si se fracasa ahí va a ser difícil seguir. Conga generó un precedente que lamentablemente estigmatizó la minería desde el gobierno de Ollanta Humala hasta la fecha”, manifiesta Gutiérrez.
Lograr la licencia social en el Valle del Tambo (donde se ubica Tía María) no sólo requerirá de una estrategia de comunicación inteligente y pausada, sino de un trabajo planificado entre el sector privado y el Estado. Fracasar en Tía María sería capitular frente a los sectores radicales que sólo buscan el atraso del país y su polarización.
Gutiérrez consideró que el proyecto Tía María tiene todos los permisos, pero lo que no tiene es licencia social, es decir, el acuerdo con las autoridades de la zona. Con paciencia pero a paso seguro, este proyecto tiene que concretarse desde sus fibras populares, sin que intervenga la policía ni se militarice la zona. Una vez obtenida la licencia social, será mucho más fácil que los demás proyectos emblemáticos se ejecuten.
El Perú es un país minero y, como tal, los candidatos a la presidencia de la República deben comprometerse a destrabar estos proyectos que no sólo generarán más de 11 mil millones de inversión, sino que dará trabajo directo e indirecto a miles de peruanos en todo el país. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.