Por: Martín Valdivia Rodríguez / A quedarse en casa / Puede parecer duro pero es la verdad: si no se toman medidas extremas contra el COVID-19, esta epidemia puede salirse de las manos y atacar de forma masiva a nuestra población. Sin embargo, la declaratoria de emergencia nacional deja más dudas que verdades. El mensaje presidencial no fue lo suficientemente claro como para saber qué tiene que hacer la población con respeto a la asistencia a su trabajo, traslado dentro de la ciudad, compra de víveres, transacciones bancarias, entre otros.
Imaginamos que mientras usted lee esta columna, ya el gobierno debe de haber dado a conocer los pormenores respecto a este asunto. Ahora, los 15 días podrían ampliarse si al cabo de ese tiempo la autoridad de Salud reconoce que a medida aún no logra su objetivo. Ahora, ¿este virus nos matará a todos? No. El virus ataca a las personas más vulnerables como a los adultos mayores pero esta medida se toma básicamente porque nuestros servicios hospitalarios podrían colapsar si esta epidemia se desborda.
El Perú no está preparado para afrontar una situación como la presente. Si en China, Italia o España esta epidemia ha hecho estragos, imagínense ustedes qué podría suceder en nuestro país, con una situación sanitaria precaria y sin los recursos necesarios para afrontar semejante crisis de salud. Sin duda, la medida trata no solo de evitar más contagios, sino de asegurarnos de no sucumbir como país frente a una enfermedad tan complicada con el COVID-19.
Esta situación es completamente inédita en el Perú, por ello es conveniente que todos reconozcamos que la misma es necesaria. Por ello trate de permanecer en casa, con los suyos, cumpliendo las normas dictadas por el gobierno. ¿Va a ser complicado? Sí, pero los grandes problemas requieren grandes soluciones. De manera que todos debemos poner nuestro granito de arena para que, juntos, podamos revertir esta situación harto complicada.
Sin duda, esta declaratoria de emergencia nos traerá problemas económicos muy graves. Adiós crecimiento del PBI en 2,5 o 3%. Esta situación a la que nos ha derivado el COVID-19 deteriorará no sólo la economía nacional sino también la mundial, postergando el crecimiento no sabemos por cuánto tiempo. En todo caso, sólo nos queda cumplir las normas y no exagerar en la adquisición de alimentos. El mundo no se va a acabar y el sol, finalmente, saldrá como todas las mañanas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.