Cuando viajo al extranjero, lo primero que hago – una vez instalado en un hotel – es mirar la televisión local, los noticieros generalmente. Y lo hago por el simple hecho de estar informado y saber en buena cuenta qué está pasando en el momento en yo llego a tal o cual país. La mayoría de las veces me topo con noticieros mesurados que dan mucha importancia al tema político, económico y social. Eso en el extranjero.
Aquí en el Perú las cosas son totalmente distintas. Aquí lo primero que uno ve son asesinatos, secuestros, violaciones, suicidios, asaltos a mano armada, incendios, atropellos, choques, etc, etc. Aquí la sangre brota por las pantallas como pozo de petróleo, sin pausa y sin control. Aquí prima lo grotesco, lo masoquista, lo absurdo. Aquí los noticiarios de televisión se han convertido en verdaderas fábricas de muerte y en vitrinas de los delincuentes de toda calaña, sin censura y sin remordimientos.
¿Se imaginan a un turista que, como yo, llega a su hotel y pone de pronto los canales locales donde un noticiario ametralla con su masoquista fanfarria? Yo cogería mis maletas y tomo el primer avión de regreso. Madre mía, en qué país me fui a meter, diría. Sin duda, esos noticiarios no son recomendables para nadie. De hecho, yo no dejo ver a mi hijo pequeño ninguno de esos programas donde se destila solo horror.
Me dirán, “pero eso le gusta a la gente, eso vende, aquello lo consume el pueblo con morboso placer”. Eso es mentira. Lo que sucede es que los jerarcas de los canales de televisión “creen” que el rating se les irá a los suelos si informan de manera correcta lo que sucede en el país. “¿Es que no existen cosas buenas en el Perú?, ¿es que no se hace otra cosa que matar y violar sin razón? Escuché alguna vez decir a un amigo extranjero. Claro que sí.
Y me duele decirlo porque no suelo hacer periodismo de periodistas, pero alguien debe poner freno a la forma cómo se informa en los canales de televisión. Ya suficientes problemas tenemos como para “promocionar” al Perú como un país inseguro y poblado de delincuentes. Ese no es el Perú señores. ¿Que hay robos, que hay asesinatos? Claro, como en todo país, pero para ello estamos los periodistas, para orientar a nuestros lectores, oyentes o televidentes. Esa receta de “lo que le gusta a la gente”, triste es decirlo, ahora es el común denominador de nuestra variopinta pantalla…¿hasta cuándo? Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.