Por: Martín Valdivia Rodríguez / Luego de escuchar los audios de la vergüenza, queda claro que el ciudadano Martín Vizcarra Cornejo no debe quedarse un día más en Palacio de Gobierno. Su incapacidad moral para conducir los destinos del país ha quedado expuesta a la vista pública, tratando de limpiarse frente a las investigaciones promovidas por el Congreso de la República en el caso “Richard Swing”.
Su presentación anoche en cadena nacional no hizo más que ratificar su falta de argumentos frente a lo evidente, apelando al trillado cliché de las “prácticas fujimontesinistas” con la finalidad de ocultar su conducta amoral ante una seria denuncia que no sólo le puede costar el cargo, sino también privarlo de su libertad al enfrentarse a sanciones constitucionales.
Este mismo Congreso que él engendró luego de un sutil golpe de Estado, es el mismo que hoy tiene en sus manos el deber de sancionar esta conducta deshonrosa del mandatario, quien a todas luces ha tratado de manipular un hecho real en su entorno más íntimo. Esta grosera obstrucción a la justicia – que linda con lo delincuencial – revela a un Vizcarra líder de una organización delictiva que quiere ocultar evidencias y alterar el resultado de las investigaciones que lleva a cabo no sólo el Parlamento Nacional, sino también la Fiscalía de la Nación.
Si bien la realidad sanitaria y económica del Perú se encuentra en una situación caótica, ello no puede ser motivo para dejar pasar esta afrenta al país. Es deber de todos los peruanos apoyar constitucionalmente al Congreso de la República frente a la trascendental decisión de pedir la inmediata vacancia del ciudadano Martín Vizcarra Cornejo. La tolerancia cero a la corrupción debe ser un emblema que cada peruano debe enarbolar en estos momentos aciagos para la Nación.
Fiel a su estilo, Vizcarra tratará de buscar excusas a su desleal actitud, inventando fantasmas allí donde no los hay, descalificando a quienes lo han puesto en evidencia o pretendiendo recurrir al manido argumento de las “fuerzas oscuras de ambiciones golpistas”. No señor Vizcarra, usted mismo ha cavado su propia sepultura; ha sido usted el único culpable de coludirse con su entorno para mentirle a la justicia y seguir tapando a sus amigotes.
Los peruanos ya no nos dejamos engañar como lo hizo usted al disolver el anterior Congreso. Sus argumentos ya no convencen a nadie, menos ahora que usted ha quedo en evidencia ante todo el país. La vacancia, sin duda, está a la vista. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.