El expresidente Alberto Fujimori ha partido y los peruanos tienen diferentes pareceres respecto a su legado. Unos opinan que fue el mejor presidente de la historia del Perú y otros lo señalan como una dictador y corrupto. Es preciso señalar que una gran mayoría tiene un juicio más equilibrado y trata de ser justo con el personaje al enumerar sus virtudes, defectos, aciertos y errores
Lo primero que debemos recordar es que Fujimori le ganó las elecciones al escritor Mario Vargas Llosa ofreciendo que no habría un shock económico, promesa que le permitió ganar los comicios de 1990, en la segunda vuelta. Sin embargo, aplicó gran parte del plan de gobierno del novelista.
Al asumir la presidencia, encontró un país con una inflación superior al 7,000 %, con un terrorismo que estaba ganando la batalla y con un Estado con empresas públicas elefantiásicas e ineficientes que generaban una carga inmensa al Estado por su burocracia. Éramos una nación poco confiable ante los organismos financieros del mundo.
El expresidente, gracias al apoyo de las FF. AA., toma la decisión correcta de luchar frontalmente contra el terrorismo y logra la captura de Abimael Guzmán y sus principales cabecillas consiguiendo la pacificación nacional, que luego se consolidaría con la operación Chavín de Huántar. Es decir, se gana la guerra en el campo militar.
Paralelamente, a la derrota del terrorismo, Fujimori con el asesoramiento de su primer gabinete con muy buenos ministros como: Alfonso Bustamante, Juan Carlos Hurtado Miller, entre otros, logra reinsertar al país en el mundo financiero internacional, logra bajar la inflación y valientemente procede a privatizar las empresas públicas y eliminar tremendos gastos al Estado.
Todo lo narrado hasta ahora lo realiza en sus dos primeros años de gobierno, aparentemente todo iba bien y por ello logra una tremenda aprobación de la población. Pero, el 5 de abril de 1992, en un acto dictatorial, que hasta ahora, democráticamente, es su talón de Aquiles, cierra el Congreso y convoca a un Congreso Constituyente Democrático y se elabora la mejor Constitución que ha tenido el país en la historia, la Carta Magna de 1993, la cual nos ha permitido más de treinta años de crecimiento y la eliminación de la pobreza, de manera sustantiva.
Si Fujimori dejaba el Gobierno el año 1995, hubiera tenido otro futuro, el 2000, sin duda alguna, regresaba al poder. Pero, aprovechando la nueva Constitución se presentó a una reelección y salió elegido. Es a partir de este período que sus colaboradores más próximos como el asesor de Inteligencia, Vladimiro Montesinos, y otros allegados comienzan a hacer de las suyas y logran controlar y contaminar el país con acciones turbias de Inteligencia y corrupción en todas las Instituciones del Estado, principalmente en las FF. AA.
Finalmente, podemos decir que el Perú le debe al señor Fujimori la eliminación del terrorismo, la reinserción y reactivación económica, la privatización de las empresas públicas, la Constitución de 1993, pero eso no lo libera de su responsabilidad por los altos niveles de corrupción que impregnó en las instituciones, medios de comunicación; así como de sus actos políticos de renunciar por fax, desde fuera del país, y candidatear al Senado de Japón.
(*) Expresidente del Consejo de Ministros