Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) y Zonas Francas (ZF) son áreas de extraterritorialidad aduanera que se crean para facilitar la producción y comercialización de bienes y servicios con el propósito de contrarrestar las desventajas comparativas que tienen algunas áreas de un país, debido a su ubicación geográfica, escasa infraestructura de soporte y tamaño de mercado.
Estas facilidades que se otorgan son para compensar sus limitaciones, pero, lamentablemente, algunos interesados, maliciosamente, los llaman subsidios, ya que de alguna manera u otra siempre han sido considerados como competencia desleal contra los otros actores del mercado, nada más alejado de la realidad, ya que los países no son planicies ni uniformes en toda su extensión, siempre habrá zonas más favorecidas geográfica y geopolíticamente, hablando. Además, en el caso de nuestro país debemos añadir que tenemos un gran déficit de infraestructura de soporte en todo nuestro territorio.
Las zonas económicas especiales existen en todo el mundo, inclusive en los países desarrollados, quienes las usan adecuadamente para lograr el progreso homogéneo en todas sus regiones.
Hace una semana se inauguró el Megapuerto de Chancay y ya se está prometiendo a los inversionistas que se creará una ZEE para agilizar, promover y facilitar la producción y el comercio. Se habla, además, de otorgar beneficios tributarios (Impuesto a la Renta, Impuesto Selectivo al Consumo e Impuesto General a las Ventas) y se empieza a discutir sobre los porcentajes a otorgarse que empezarían en cero y podrían llegar al 15 por ciento.
¿Es correcto otorgar beneficios tributarios, cuando no existen desventajas comparativas con las empresas que ya actúan en el mercado a través del puerto de Callao? No creo. ¿Es correcto qué luego de haberse negado el desarrollo de ZEE en las regiones, a través de candados administrativos, y postergado el desarrollo de infraestructura de soporte (puertos, aeropuertos y carreteras) durante todo el tiempo al no asignar los recursos para emparejar el terreno competitivo con el centralismo, se quiera seguir favoreciendo al empresariado capitalino? Usted, ¿qué piensa? Sólo lo dejo cómo un apunte para reflexionar.
Normalmente, en los lugares donde se promocionan y se legislan las ZEE no hay inversión, no hay tributación, no hay empleo. Por lo tanto, cualquier beneficio tributario que se otorgue se justifica, porque traerá empleo, tributación de los trabajadores y si se comercializa dentro de la zona pagarán un Impuesto General a las Ventas que no existía. Se pagarán también licencias y otros tributos municipales… en concreto, se activará económicamente esta zona.
Perú debería crear ZEE en nuestras fronteras, en todo su perímetro, para impulsar el desarrollo de regiones como: Tacna, Puno, Madre de Dios, Ucayali, Loreto, San Martín, Amazonas, Cajamarca y Tumbes para contrarrestar la influencia de zonas económicas fuertes de Chile, Bolivia. Brasil, Colombia y Ecuador,
Finalmente, el centralismo limeño, a través de sus gremios, ahora que se inauguró Chancay reclama una zona especial, ¡qué linda familia! Y el resto del país y las Zonas Económicas Especiales del Sur, ¿para cuándo, señores del Gobierno?
(*) Expresidente del Consejo de Ministros