Por: Percy García Cavero // ¿Quién es el matón?

por | Sep 29, 2024 | Opinión

Un amigo me ha enviado una réplica de Paola Ugaz a mi respuesta publicada en El Comercio. Esta réplica la ha publicado en una página web que no conocía de su existencia y que sería gestionada por ex sacerdotes. Esta vez parece que ha recibido ayuda para elaborar su réplica. Basta comparar su artículo en El Comercio con esta nueva publicación para darse cuenta que ni la pluma, ni el estilo es el mismo. Pero bueno, eso ya queda en la honestidad periodística, si cabe esperar alguna.

Haciendo gala de su falta de conocimiento jurídico (el Derecho canónico es también jurídico, por si no lo sabe), la Sra Ugaz intenta decir que el Sr. Bertomeu es imparcial porque, además de reunirse con Pedro Salinas, tuvo reuniones con algunos sodálites. Más allá de que estas últimas reuniones no fueron con cervezas en la mano, lo dicho por la Sra Ugaz confirma aún más que Bertomeu no podía investigar algo de lo que ya tenía información previa. Un investigador debe obtener el resultado de una investigación de la misma investigación, la que debe hacerse con todas las garantías. Por ello, no puede tener conocimientos previos, pues eso condiciona subjetivamente sus conclusiones. Un investigador no solamente debe ser imparcial, sino que debe parecer imparcial y eso exige no tener conocimientos previos.

Dice la Sra Ugaz que la Comisión vino a Lima con una agenda cerrada. ¿Ah sí? Y al armar esa agenda no era lo razonable recoger testimonios de personas que pudiesen tener información a favor y en contra de las denuncias. Ya pasaron las épocas de Torquemada, Sra Ugaz, donde los acusados no tenían derecho de actuar pruebas a su favor y se les sometía a ordalías como demostrar su inocencia pasando por brasas encendidas sin quemarse. El debido proceso, del que no están exentas las investigaciones canónicas, requiere tomar declaraciones de cargo y de descargo. Esa agenda debió armarse previamente de forma objetiva, recogiendo los testimonios de cargo y de descargo. Si no, el procedimiento se convierte en una parafernalia que solamente cumple con una formalidad para ejecutar una condena ya decidida. Una pena que una periodista del siglo XXI tenga una mentalidad de la edad media sobre la forma en la que se deben realizar los procesos sancionatorios.

Dice la Sra Ugaz que Mons. José Antonio Eguren tenía la facultad de ir acompañado de un abogado, pero no lo hizo. Entonces le pregunto a la Sra Ugaz: ¿Le dijo la Comisión que podía acudir a declarar con un abogado, si lo deseaba? ¿Me puede mostrar la carta de la Comisión donde se le da esa posibilidad? ¿Hay un acta firmada por Mons. Eguren ante la Comisión, en la que, además de constar su declaración, está su renuncia a la posibilidad de contar con un abogado? No se esfuerce en contestar. Se lo adelanto: No la hay. Por otro lado, como Usted no dice nada sobre la existencia de una comunicación previa de los cargos a Mons. Eguren antes de su declaración, entiendo que ello se debe a que no tiene cómo cubrir esa grave omisión de la Comisión. Le ahorro otra vez el esfuerzo: no la hay.

Y, bueno, como no tiene cómo desacreditar a Mons. Eguren, salta malabarísticamente a las tierras de Piura y le reprocha no haberse reunido con los comuneros. Sra Ugaz, por si no lo recuerda, los comuneros fueron al Arzobispado de Piura para montar un show que se filmó por el Sr. Daniel Yovera para un reportaje producido por Usted y financiado por la cadena musulmana Al Jazeera. Hay cámaras de vigilancia que grabaron el montaje. Y ya que Usted hace la difamatoria afirmación de que las empresas del Sodalicio, a las que yo represento, “enviaban matones contra los comuneros”, le pido que muestre con pruebas lo que dice. Y, como no va a poder mostrar ninguna prueba, no se vaya a victimizar luego por el mundo, en caso le llegue una querella, diciendo que quieren frenar sus pulcras investigaciones. Es Usted la que hace gratuitamente las afirmaciones de las que deberá después hacerse cargo.

La Sra Ugaz dice ahora que el Sr. Bertomeu no reveló nada de lo declarado por Sebastian Blanco y Giuliana Caccia, sino que fue el Sr. Scicluna. El Sr. Bertomeu solamente escribía en un computador. A ver, Sra Ugaz, un poco de orden. Usted ha dicho en El Comercio hace un par de días que lo declarado por Sebastian Blanco y Giuliana Caccia se lo comentaron el Sr Scicluna y el Sr. Bertomeu a Usted y a Pedro Salinas por separado, pero sin decir los nombres, y que Ustedes dedujeron quiénes eran por unas fotos tomadas a las personas que entraban a la Nunciatura. Ahora nos dice que fue Scicluna y no Bertomeu el que le comentó de ese “incidente”. Pero su amigo Pedro Salinas dice otra cosa en su Bitacora Malagueña 054 (minuto 48): dice que a ustedes dos juntos les comentaron este “incidente” tanto Scicluna, como Bertomeu. Un poco de pudor por favor, no se puede ir variando la narrativa de una forma tan descarada en menos de tres días. “Para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado” (Paola Ugaz dixit). Ah, y no se olvide. Publique la foto de Giuliana Caccia y Sebastian Blanco entrando a la Nunciatura con la que Ustedes los reconocieron. Al menos cierren bien la coartada.

A Usted la he querellado como abogado una sola vez por haber difamado a Mons. José Antonio Eguren. No puede, por lo tanto, insinuar que le haya hecho numerosas denuncias. Además, recuerdo que, luego de que Mons. Eguren se desistió de seguir adelante con el proceso contra Pedro Salinas, al que condenaron en primera instancia por difamación, Usted salía en redes diciendo “a mi también”. Así que debe agradecerle a Mons. Eguren que haya hecho eco de sus súplicas mediáticas para que se desista también de la querella en su contra. No se victimice, por favor, de una forma tan burda.

Insiste e insiste con el tema del secreto pontificio y que no sé lo que significa. Dígame, ¿esa es su argumentación? ¿Quiere usted decir que por usar la expresión “secreto pontificio” en lugar de “reserva de oficio”, por arte de magia ya no hubo una violación a esa reserva? La verdad, esperaba mucho más de alguien que dice haber investigado sobre el Derecho canónico y los procesos de investigación de la Iglesia.

Pero lo más bizarro es que, según la Sra Ugaz, yo he violado el secreto de oficio. Increíble. Sra Ugaz, la investigación concluyó con la publicación de las sanciones. Ya la propia Nunciatura ha difundido, aunque mal y sin la menor caridad, la existencia de la investigación, los cargos (de modo indiscriminado) y las sanciones. Ahora me entero por Usted que la supuesta mentira de Mons. Eguren fue en un proceso canónico. Ya que está tan enterada, ¿me puede decir cuál fue ese proceso para poder informarle a Mons. Eguren y sepa por qué lo han sancionado? Y a su amigo Salinas no lo hemos tirado a ninguna fosa de leones, sino que fue condenado en un proceso con todas las garantías: comunicación de cargos, con abogado de defensor, con testigos de descargo, sin haberme tomado unas cervezas previamente con la jueza. O sea, todo lo contrario a la investigación que Usted tanto defiende.

Paola: yo no he difamado al Sr. Bertomeu. He descrito hechos sobre un asunto de interés público y puedo probar cada una de mis afirmaciones. Muy a diferencia de Usted que, en su declaración del 4 de septiembre de 2024, no pudo aportar la menor prueba de sus afirmaciones sobre un supuesto delito de fraude tributario por un abuso del Concordato. Por cierto, seguimos esperando los super documentos que va a presentar con los que se va a demostrar todo lo que dice. Tiene hasta el 3 de octubre, no se olvide.

La Sra Ugaz dice que yo he permitido o no he impedido que se filtre el dato de que la Fiscalía le habría abierto un proceso penal al Sr. Bertomeu por revelar el secreto de oficio. ¿Me puede decir en qué parte de mi post o de mi respuesta publicada en El Comercio hago eso? ¿He mencionado en algún momento algo de un proceso penal contra el Sr. Bertomeu? Entiendo que Usted de Derecho sabe lo que yo de física cuántica, pero le informo que para permitir o impedir una filtración debo tener el deber jurídico de evitarlo. ¿Me puede decir cuál es su base jurídica para decir que yo he permitido o no impedido la filtración? Nuevamente, no se esfuerce en indagar, porque no la hay.

Ya, en un esfuerzo argumentativo máximo, la Sra Ugaz intenta decir, usando un paralelo con el secreto de confesión, que no se viola el secreto si no se revela el nombre del pecador. Y sazona su argumento con una burla a mi filiación católica, un ataque al Sodalicio y una victimización de ella por el hecho de ser mujer. Dejando de lado los condimentos artificialmente usados, Giuliana Caccia y Sebastián Blanco no se estaban confesando, sino declarando en una investigación reservada. Además, cómo es posible que el Sr. Scicluna y el Sr. Bertomeu narren el contenido de una declaración a otros testigos de la misma investigación, peor aún a unos periodistas que tienen la capacidad de poder deducir quiénes son los declarantes. No se esfuerce nuevamente Sra Ugaz con mutaciones de la narración de los hechos y argumentos artificiosos. Como jurista puedo decir que hubo una filtración de lo actuado en la investigación y eso es una violación de la reserva de la misma.

No se victimice Sra Ugaz. Yo no le pido que me muestre a mí nada. Por si no ha entendido, el sentido de mis pedidos era para poder darle verosimilitud a su relato. Ni pienso que es una mujer sumisa, ni tampoco que es víctima de un acoso judicial. Solamente creía que era una periodista seria que respaldaba sus afirmaciones con pruebas. Si dice que por unas fotos reconocieron a Giuliana Caccia y Sebastián Blanco, solo me animaba a pedir si podía compartirlas. Nada más. ¿Tan difícil es eso?

Nunca he negado ser abogado de empresas, en los que algunos sodálites son socios o directivos. Es información pública. Aunque Usted insista en confundir al público como si fuese el Sodalicio mismo, lo cierto es que son personas jurídicas independientes. Ya que Usted estudia mucho, hasta Derecho canónico, le recomiendo leer un poco de Derecho civil o societario para saber la diferencia de las personarías jurídicas.

Celebro mucho su conversión al catolicismo. Hace un par de días dijo en El Comercio que era agnóstica, pero ya desde el 4 de septiembre se encomendaba a San Moisés. Ojalá se encomiende ahora a San Expedito para que las causas que usted apoya con tanto ahínco sean justas y no un simple ajusticiamiento.

Puede Usted informar al Papa Francisco lo que estime conveniente. Yo he actuado en conciencia y solamente he descrito irregularidades que, en mi opinión, deberían, más bien, hacer ver al Santo Padre que se ha realizado una investigación de una forma indebida. Si la consecuencia de ello es la excomunión, solamente me quedará agradecer a Dios por la dicha de ser un perseguido por causa de la justicia y que pueda merecer que el reino de los cielos me pertenezca (no crea que soy un soberbio, eso está en Mateo 5:10-12).

A sus agresiones verbales de que mis alegatos son de abogado principiante y lo que dice que debería yo hacer con la sábana, no le presto la menor atención. Creo que esas expresiones hablan, más bien, de Usted. Al final: ¿Quién es el matón?


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