Los últimos hechos acaecidos en el asalto que han perpetrado unos delincuentes disfrazados de hinchas del Sporting Cristal al estadio de la U, se grafica claramente el gravísimo problema que tiene la juventud cuando no trabaja ni estudia.
Porque digamos las cosas claras, esos estúpidos que han ido a romperle la cabeza a la estatua de “Lolo” Fernández, a hacer pintas, a plantear desafíos y matonerías, son delincuentes. Nada tiene que ver eso con el fútbol, para comenzar.
De otro lado también pueden responder supuestos barristas cremas, que no tendrían que hacerlo, pero seguramente van a comenzar en un fuego cruzado y eso tampoco tiene que ver con el fútbol, porque la rivalidad existe entre la U y Cristal, puede ser exacerbada en algún momento pero en esta situación queda claro que el campeonato recién comienza, que no hay ni un tipo de problema, que ni siquiera la gente irá al estadio, entonces esto tiene que ver con un correlato de lo que estamos viviendo.
Las cifras que han dado el INEI o el Banco Central de Reserva o el Ministerio de Trabajo, con respecto al desempleo, son brutales. Se habla del 40% de personas que han perdido el trabajo formal en lima y de que hay millones de personas con trabajo informal.
Eso tiene que ver con una realidad, al margen de los porcentajes. Los muchachos que no tienen posibilidad de terminar el colegio o que no han estudiado en ningún instituto técnico o universidad, que además no consiguen un trabajo adecuado, encuentran en la calle el liderazgo que no hay en su casa y terminan de barristas de algún equipo, porque es su diversión de fin de semana.
Pero esos tipos son lumpen, los fines de semana raquetean, tienen trabajos esporádicos, se dedican a robar, a consumir terokal, pasta básica de cocaína y son, a la hora de la hora, gente que hace daño a los demás, simplemente porque sus padres seguramente no los criaron de manera adecuada y para colmo viene la necesidad económica y la miseria moral, y por supuesto no hay instituciones en el aparato del estado, que se hagan cargo de criar a las personas.
Acá hace muchos años tenemos el cuento de que un Alcalde, Presidente o un Ministro va a educar a tus hijos y eso es una mentira. El aparato del Estado está para dar una educación de calidad óptima tanto en la fase inicial, primaria o secundaria la posibilidad de que la gente tenga acceso a una educación pública gratuita y de calidad, o de institutos técnicos. Lo demás es ente privado.
Pero que quede clarísimo que el consumo de drogas, de alcohol, el sexo en niños, porque una personita de 13 o 14 años sigue siendo niño; los lleva al desenfreno y no tienen respeto por nada, no creen ni en su papá ni en su mamá, no respetan al profesor ni al árbitro de fútbol ni la del vóley, y por último no respetan ni al sereno ni al policía ni a ninguna autoridad.
No tienen en su cabeza ningún tipo de esquema de control social. Entonces estamos en una grave situación, porque todo esto se ha presentado gracias a la desgracia económica que nos ha metido esta bestia humana que ha sido Martín Vizcarra y la desgracia de ministra que ha sido la señorita María Antonieta Alva, para no hablar de este incompetente que tenemos de Presidente, y una persona absolutamente desorbitada como Waldo Mendoza que no solo no vio la segunda ola, sino que no sabe qué hacer con la situación económica.
Hace 8 o 9 meses en estas líneas planteamos el “Reactiva familia”, que no es otra cosa que hacer un inmenso paquete de incentivos para reprogramar deudas que tienen que ver con las tarjetas de créditos, créditos vehiculares y las hipotecas.
Ahora la cosa se ha complicado muchísimo porque muchos jóvenes han dejado el colegio, los estudios superiores y el empleo juvenil se ha venido al piso. Ese empleo que servía cuando trabajaban en el sector gastronomía, en centros comerciales, en tiendas de comercio, casi no existe.
Entonces esos chicos salen a la calle a hacer barbaridad y media como lo que hicieron los “barristas”, porque son delincuentes y eso es uno de los graves problemas que va a tener que enfrentar el futuro Presidente del Perú.
Decir la verdad. En el Perú se ha perdido el respeto a la Policía y a todas las autoridades porque durante años los hemos maltratado. Y ahora ¿Quién va a frenar esto? La verdad es que este problema es sumamente trascendente y los candidatos a la presidencia no lo están tocando con la debida prioridad.
(*) La Dirección no se hace responsable por los artículos firmados.
