La naturaleza destructiva de un huracán es del tamaño del daño que al final termina haciendo en el cuerpo, vida y salud de las personas, y por supuesto que genera inmensos daños materiales.
Pocas veces alguien tan nocivo como Martín Vizcarra en la historia del Perú. Su capacidad de hacer daño solo puede ser mensurable con lo que hizo Abimael Guzmán en su momento, y ojo que la cifra de muertos por la irresponsabilidad de Martincito puede ser mayor de las que generó el genocida Guzmán, en prácticamente dos décadas.
Además, también es comparable su maldad con la de Montesinos, pues éste arrasó con todas las instituciones que tuvo por frente. Si uno recapitula todo lo que hizo Vizcarra en tan poco tiempo, vemos que es un raquetero de la política.
Con la metralleta del sicariato arrasó con el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), precisamente instrumentalizando esta teoría, porque no puedo decir caso jurídico el de los “Cuellos blancos”, tan bien ideado por Gorriti en el IDL y siempre muy aplaudido por el hoy casi mudo expremier Cateriano.
Como consecuencia de esta ficción del crimen, lo que terminaron haciendo fue arrasar con todo el CNM, en donde ciertamente tenía mucho poder José Cavassa, que ha relatado en una colaboración eficaz, cómo es que logra una persona siniestra lograr recuperar a Zoraida Ávalos como Fiscal Supremo, y todo indica que esa persona no habría sido nada más y nada menos que el propio César Hinostroza Pariachi.
Pero no nos desviemos de la capacidad de hecatombe que tienen los vientos que ha emanado Vizcarra. Aniquiló la Fiscalía porque ciertamente usó el caso de los “Cuellos blancos” tan bien dictado por su amiga la fiscal Sandra Castro y por Rocío Sánchez, que se reunieron con él de una manera subrepticia para seguramente hacer coordinaciones de encubrimiento a Antonio Camayo, el cual hoy goza de impunidad absoluta, y para destruir a Chávarry, que hasta el momento no debe entender qué le pasó, porque digamos que también fue parte de este andamiaje de la prensa, que se comió todos los cuentos y generó una organización criminal que a todas luces era también liderado por el propio Vizcarra, porque digamos que él era un “cuello blanco” encubierto, habida cuenta que seguramente con su influencia con Sandra Castro y Rocío Sánchez han podido desbaratar el Ministerio Público a su antojo, hasta lograr poner a Zoraida Ávalos a la cabeza, en donde prácticamente ella mira delinquir a Vizcarra todos los días sin que nadie lo acuse.
Fíjense que ese poder tiene que haber alcanzado para morigerar y prácticamente adormecer al fiscal que hoy lleva su caso, porque la verdad que lo de Obrainsa, Incot e ICCGSA es escandaloso.
¿Cuánto tiempo de vida le queda a Vizcarra? Pues nadie sabe. Es un tipo tan avezado que es capaz de hacer cualquier cosa. Ahora, no sé cómo va a salir de esta reunión subrepticia que ha tenido con estas dos fiscales. Porque la verdad sea dicha, este tipo ya merece una prisión preventiva hace mucho tiempo, solo que tiene el antejuicio presidencial.
De la prisión preliminar no se debería librar por el caso de “Vacunagate”. Pero ojo, siempre hay que desconfiar de una persona con tal tamaño de maldad.
Es evidente una persona que le sabe mucho, porque seguramente se ha servido de la DIVIAC o de cualquier otra instancia de Inteligencia, para grabar y extorsionar a todo el mundo que se le cruce.
De tal manera que uno, con una persona de esa peligrosidad, siempre que tiene que estar avezado y apeligrado.
Un animal herido y panza arriba es capaz de hacer cualquier cosa. Hoy el huracán Vizcarra parece tranquilo, pero cualquier momento puede desatar su ira, la del cinismo y la del asesinato de la verdad.
¿Qué habrá pasado en el Perú para que una persona de tal vileza tenga tanto poder?
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