Al “lapicito” se le ocurrió la peregrina idea de desafiar al tajador. El tajador le dijo que no tenía ningún problema, que estaba dispuesto a debatir con él en su propia cancha, donde supuestamente habrá un montón de lapicitos.
Resulta que el “lapicito” comenzó a sacar el borrador y se quiso desdecir. Es más, comenzó a achicarse y llegó un momento que fue más chiquito que nunca. Resulta que el “lapicito”, léase el señor Castillo, se fue a una clínica local, algo extraño porque es una muy pequeña como es La Luz, a supuestamente ver un problema respiratorio y terminó con un audífono en el oído.
La gente no le cree que esté enfermo y ya comienza a especular que le recetaron un audífono para que el señor tenga cómo le soplen las respuestas y las réplicas a Keiko cuando se encuentren en Chota.
El simple hecho que el señor se esté corriendo, o que parezca que se esté corriendo, va en contra de él. Pero ya llegar al colmo de tener que fingir una presunta enfermedad para que alguien le “sople” en el debate, me parece demasiado.
Claro que el principal error ha sido cambiar lo que para él estaba siendo beneficioso hasta el momento, es decir, la inercia; el crecer lento, el que Keiko pelee con el anti voto, y él simplemente huyera de dar explicaciones, de presentar un equipo, de dar una idea coherente sin que él mismo se esté contradiciendo al día siguiente o a las pocas horas.
El hecho es que al haber buscado este pleito va a tener que verse forzado a responderle a Keiko en vivo y en directo, y esto obviamente será televisado por todos los canales del Perú y ahí no va a haber quién le sople, salvo que se coma el papelón de tener asistentes, tomar cálculos o que le soplen por el oído. Eso sería un papelón que todo el mundo se daría cuenta.
Por otro lado, es una gran oportunidad para Keiko de proponer soluciones, y que diga metas y plazos, número de vacunas, cantidad de camas UCI, que diga cómo va a restablecer el empleo, cómo va a refinanciar las deudas, cómo va a dar títulos de propiedad, cuánto invertirá en educación, en salud, qué hará con la crisis económica, es decir, plantear los problemas pero especialmente las soluciones y ahí es donde va a avasallar presuntamente al profesor Castillo, quien no solamente no tiene facilidad de palabras, sino que no tiene qué decir, porque no ha mostrado un plan de Gobierno, no tiene equipo y sería el colmo que tenga gente al costado dictándole lo que tuviese que responder.
De plano Keiko tendría que avasallarlo en este debate y forzarlo a que se quede todo el tiempo posible exponiendo sus dichos y sus hechos. Nada de correrse ni meterse al baño, como hizo hace un par de días en una conferencia de prensa.
Keiko lo que tiene que hacer es pecharlo y decirle “bueno, ahora te vas a Ayacucho” y citarlo para el próximo miércoles en la Plaza de Armas de esa ciudad, y volver a avasallarlo, porque con esto simplemente se cambia la matriz de trabajo que ha tenido Castillo, que es crecer vegetativamente y huir, mientras que Keiko pasará a una ofensiva y vamos a ver cómo hacen los seguidores del “lapicito”, porque va a tener que inventar un equipo técnico, un discurso y una argumentación que hasta ahora no ha sabido explicar, porque él viaja con uno o dos periodistas que solo le ponen un micro para que hable y ninguno le hace preguntas, mientras que Keiko está expuesta ante el escrutinio continuamente y que ven alrededor de su cara, rodeada de personas y allegados, los micros de PBO, de Willax, de RPP, ATV, Canal N, en fin, todos los canales y todas las radios.
Entonces ella está dando batallas respondiendo a preguntas, y con eso peleará con su anti voto.
Pero creo, de verdad, que Castillo cometió un grave error, muy al margen de que esté de alta en un par de días, no podrá huir de este debate y del que viene.
Y vamos a ver qué pasa después con el debate del Jurado Nacional de Elecciones. Veremos si es cierta la teoría de la conspiración y le dictan por le audífono. El tiempo nos dará o nos quitará la razón. Este señor no sabe ni lo que habla ni cómo gobernaría.
A mí me parece un tipo ignorante y bastante osado y avezado. Es muy criollo, no es tan andino. Nos quiere hacer el cuento de Toledo, haciéndose el cholito blandito y de repente tiene más mañas que el “sano y sagrado”
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