Ríos de tinta se han escrito sobre el tema de la post-verdad, que en buen romance es una mentira que dura poco, porque a la hora de la hora, con la velocidad que hoy existe en las comunicaciones, con el advenimiento del Tik tok, Facebook, Twitter, Youtube, Instagram y de la inmensa velocidad que tiene la intercomunicación mundial, uno ve diariamente noticias de toda índole, nacionales e internacionales que corren a toda velocidad y la noticia mala es tapada por la pésima y la pésima es tapada por la peor, o al revés, ante una súper noticia se consigue una que es mejor aún y así sucesivamente.
Esto pasa en la política, en el arte, en el deporte y a la hora de la hora el mundo de la noticia recae en una obsolescencia casi inmediata. Por eso es que la gente pasa de la verdad absoluta a la mentira contundente, del amor al odio, y eso ha pasado con gente súper famosa en el mundo que ha visto destrozada su reputación, desde Bill Cosby o de los hermanos Coen que han sido acusados de acoso sexual, o nuestro fotógrafo Testino, en fin, hay mucha gente en el mundo que ha visto destrozada su vida pública en muy poco tiempo.
En el Perú, esto no nos es ajeno, acá le destrozaron la vida a Teófilo Cubillas en dos semanas y el “Nene” no ha querido regresar al Perú después de irse en silla de ruedas porque lo acusaron de corrupto y fíjense nomás, hasta hace pocas semanas era intocable Gareca y ahora la gente dice que si pierde dos partidos más lo tienen que echar.
Digo esto y lo comparo también con el mundo de la farándula, donde Sheyla Rojas es una gran artista al día uno y al día dos la tratan de P para abajo. Lo mismo le pasó a Ferrando, a Gisela o a Magaly.
El gran drama es que eso también está pasando en la política peruana. Tenemos gente que sube y que vive un éxtasis y luego vive una agonía tremenda. Miren nomás lo que le ha pasado a Kuczynski, a Nadine que ya no sale en la prensa y está metida en su casa en arresto domiciliario. Imagínense cómo se puede sentir en estos momentos Merino de Lama, que fue un efímero Presidente de cinco días y se le quiere culpar de todas las desgracias en el Perú y ni siquiera se le dio la oportunidad de equivocarse para ir a temas tan absurdos como la estancia de Vargas en el Ministerio del Interior, después sale Cluber Aliaga y afirma lo que afirmó en el Congreso respecto a la muerte de Inti y de Bryan, con documentos fílmicos contundentes que mostrarían que la policía no los mató y Elice sale a decir ayer que van a dar reparaciones. Es decir, el mundo paralelo versus el real.
Pero en el mundo real, el nuevo ministro del Interior tiene que enfrentarse a levantamientos y algaradas en todo el Perú.
Y la prensa, por mucho que tenga el apoyo del Grupo El Comercio, Grupo La República y Grupo RPP, no puede cambiar la realidad.
La ministra Pilar Mazzetti sale a hablar de fases de vacunación, cuando no explica cómo van a almacenar la vacuna porque no tiene cadena de frío.
Eso es algo que está pasando en el mundo y la señora no lo explica, y por supuesto los periodistas que reciben el dinero del Estado directa o indirectamente, no la reconvienen para comenzar a ser práctica y decir la verdad.
Lo mismo está pasando, por dar un ejemplo, con el tema de la ONP, porque la señora Bermúdez dice van a comenzar a pagar porque hay que cumplir con la Ley, pero además dice que van a reclamar ante el TC.
Lo cierto es que si no se pagan los bonos normales más el dinero de la ONP, más el fraccionamiento de las AFP, las economías no se van a mover y el problema es qué va a pasar en abril, cuando todo esto se acabe.
Nos vamos a encontrar con un país hecho añicos donde la gente se debe haber gastado todos sus ahorros y luego vendrá la verdad absolutamente triste.
Ese es el gran drama que estamos viviendo. Un Presidente que no sabe dónde está parado, un nivel de precariedad política tremenda, un Congreso desprestigiado, una fiscal de la Nación que trabajaba para Vizcarra y ahora nadie sabe para quién trabaja, una Junta Nacional de Justicia que la tendrían que suspender a la señora, pero la verdad es que el Poder Judicial de la señora Elvira Barrios va a tener harto trabajo con la cantidad de colaboradores eficaces que muy probablemente terminen metiendo preso a Vizcarra, a quien de repente lo van a tener que sacar dentro de un año del Parlamento, por ladrón.
Es decir, todo lo que se viene es malo y pésimo y por mucho que quieran inventar una realidad o hacer 50 post-verdades, la verdad es la verdad. La realidad es la que va a imperar.
Y lo que se viene en El Perú son vientos muy desgraciados.
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