La semana pasada, Francisco Sagasti, con la misma “conciencia” que ostentaba el expresidente Martín Vizcarra, fue a inaugurar una planta de oxígeno fabricada por Modaza, una empresa que es conocida como Motores Diesel Andinos S.A. y que es parte de la iniciativa privada que se llama “Respira Perú”.
¿A qué se dedican estos empresarios? El Presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), señor Ricardo Márquez, también ha unido esfuerzos con la Confiep, que es la Confederación de diversos gremios en donde ciertamente no forma parte la famosa SIN, se han unido para con inversión privada tratar de comprar y de equipar a los hospitales y postas médicas con equipos que el Gobierno, en su infinita torpeza, que yo creo que es maldad, no han podido comprar.
Entonces, la semana pasada mostraron dos plantas de las seis que ya han mandado a fabricar a Motores Diesel Andinos, el hecho es que para ayer, ya se habían logrado vender las otras plantas, porque empresas privadas las estarían comprando para donarlas, a su vez, a entidades de EsSalud y del Minsa, en todo el Perú.
En esa reunión donde estuvo además de Sagasti, la señora Molinelli representando a EsSalud, y también la señora Mazzetti, titular del Minsa, el señor Márquez le sugirió importar los mismos equipos de respiración artificial individual que se han llevado para Guayaquil, en Ecuador.
Ellos mismos, en ese momento, iniciaron los trámites para contactar con los proveedores y en una semana lograron concretar una compra de mil de estas unidades individuales, para que se conviertan, a su vez, en camas UCI.
Cada uno de estos aparatos, puestos en Lima, tiene un costo de 140 dólares, son de un solo uso y para una sola persona. Pero por supuesto, esa es una solución, frente a la nada del Gobierno.
El hecho es que esos mil aparatos seguramente estarán acá en Perú en menos de 72 horas o a lo sumo para el fin de semana y podrán ser distribuidos de inmediato en diversas clínicas, hospitales y postas médicas del Perú, para tener, en buen romance, ¡Mil nuevas camas UCI!
Una muestra más que la iniciativa privada es rápida y eficiente. Con mucho menos recursos de los que le sobran al Estado estaríamos muy probablemente salvándole la vida a miles de peruanos. Es decir, tendríamos mil camas UCI.
Obviamente lo ideal es tener los respiradores artificiales convencionales, que cuestan cada uno 10 mil dólares y que también podría comprar el Gobierno de manera casi inmediata. No lo hacen simplemente porque no le da la gana, aunque sigan pensando algunas personas que es por torpeza o incompetencia.
Una vez más se demuestra que los privados pueden hacer lo que el Estado está en incapacidad de hacer. Así que a ponerse las pilas, señor Sagasti, porque la realidad indica que esta segunda ola será feroz.
Y si estamos hablando de 750 peruanos muertos por día a estas alturas, podríamos llegar a la segunda semana de febrero, en donde recién llegarían las vacunas, a mil personas al día.
Recordemos que el año pasado esto comenzó con 4,500 personas muertas en un mes, al siguiente esto trepó a 12 mil, al subsiguiente eran 22 mil, al otro 25 mil, 27 mil y 27,500.
Una mortandad feroz que hoy nos está poniendo una cifra extraoficial, porque inclusive siendo del Sinadef, no es del todo segura, de 95 mil muertos.
Si nosotros aplicamos una variante lógica a ese número, muy pronto probablemente ya estemos en 120 mil fallecidos y el Perú será largamente el primer país del mundo en muertos per cápita.
Eso nos tiene que alarmar porque tenemos una incapacidad galopante de parte del Ejecutivo, así que aplaudamos la iniciativa de Respira Perú, de Ricardo Márquez, de la gente de la SNI, y por supuesto de la Confiep.
Probablemente seguiremos recibiendo ayuda de ellos, antes que de los incompetentes del Partido Morado, que manejan de una manera horrible el aparato del Estado.
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