Prácticamente de una semana para otra nos enteramos que se dispara otra vez la pandemia del Covid-19. En menos de tres días se repletaron las camas de Piura, una de las provincias más golpeadas por esta enfermedad en el transcurso de todo el año.
Ya se comenzaba a hablar de 88 casos diarios en el hospital Hipólito Unanue. Resulta que ayer el Colegio Médico ha comenzado a recomendar una cuarentena cerrada desde el 22 de diciembre hasta cuándo menos el 4 de enero.
La pregunta cae de madura. ¿Ustedes creen, amigos lectores de LA RAZÓN, que de verdad esto apareció de una semana para otra?
También resulta que al gobierno se le agotó la mentira del cuento de la vacuna. Tanto los señores Pratto como Reusche, del Comando Vacuna, ante el mutis del señor Carlos Neuhaus, salieron a decir que nosotros no habíamos tenido mayores avances con respecto a la compra de la vacuna y que la verdad sea dicha no tenemos nada concreto. Inclusive la Canciller de la República, Elizabeth Astete, acaba de confirmar que no tenemos ningún contrato firmado con fecha y entrega confirmada.
Sagasti sigue empeñado en vivir en su mundo de juguete, en el mundo de la “Mazamorra Morada” haciéndole desaires a las Fuerzas Armadas junto con su ministra Nuria Esparch, se dedica a su mundo de las ONGs, a dar conferencias y zooms, y prácticamente no gobierna.
El señor Ministro Élice no sabe qué hacer con el Ministerio del Interior, para colmo, la agencia internacional FITCH acaba de bajarnos la calificación crediticia a nivel mundial, y según María Antonieta Alva y el propio exministro Tuesta, esto es responsabilidad de un Congreso que ha dispendiado fondos a diestra y siniestra, tales como la genial idea del señor Urresti, de devolver los fondos de la ONP, que costarían al Estado 16 mil millones de soles y que el gobierno no tiene el coraje de decir que no deberíamos pagar y ha presentado una acción de inconstitucionalidad, que de repente le es adversa al Perú y tenemos que devolver un dinero que no tenemos.
Para colmo, con el dispendio que resultará liquidar parte de los fondos de las AFPs, va a terminar subiendo el dólar. Y señores, la economía, a la hora de la hora es un condicionante para la gente, porque lógicamente el peruano que no tiene ni bono ni AFP y que “cachuelea” o “taxea”, tiene que salir a la calle y claro, los geniales señores de EsSalud se dan cuenta que los principales focos de contagio están alrededor de los mercados.
Resulta que geniales estadísticos dicen que se dispara el Covid, ¿Y nosotros hemos hecho algo los últimos meses? Nada.
La ministra Mazzetti ha recibido las recomendaciones más elementales con respecto a la compra de pruebas moleculares.
Ciertamente no tenemos los equipos de protección personal y se viene una huelga de la Federación Médica del Perú el 19 de enero.
Todo esto, ante la vista y paciencia del Partido Morado, y de todo el Congreso que se muere de miedo interpelar a la señora Mazzetti y de censurarla, cuando es evidente que la señora continúa con la misma política prácticamente genocida de Zamora, que tiene el cuajo, por no decir otra palabra que también empieza con “c”, de cuestionar ahora a Sagasti.
Estamos ante una situación de desgobierno. No se sabe qué hacer con la pandemia. Yo sigo pensando que estos desgraciados comunistas que hoy manejan el país, están haciendo adrede para que esto reviente en marzo y terminen suspendiendo las elecciones, si es que a ellos no les conviene los resultados de ese momento. La manipulación de las encuestas es evidente, porque fantoches como Forsyth o Julio Guzmán, de mínima credibilidad o arraigo, siguen punteando las encuestas hechas en los escritorios de los ministerios, a la hora de la hora que giran los cheques para que se mantengan los medios.
Ya en América Televisión y en RPP no tienen ninguna vergüenza los conductores de salir siempre vestidos de morado, y por supuesto, en el mundo de la “Mazamorra” y en el mundo de juguete de todos los señores Costa, De Belaunde, Olivares, Zenaida Solís y demás “Teletubbies”, no pasa nada.
El país se hunde en el caos y la desolación, y tenemos que esperar otra vez que los medios de comunicación de la concentración sigan ocultando los muertos. No les basta con lo que ya pasó en todo este año. Son crueles, sádicos, y algún día lo tendrán que pagar.
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