Por: Phillip Butters / Lo único que falta en el Perú es que llueva para arriba, que los enanos se agranden y las jirafas se achiquen, porque la verdad es que la política cada día está más loca y es muy complicado explicarlo en términos lógicos. Acá vamos a dar simples ejemplos, y van tres.
La fiscal Rocío Sánchez tiene una conversación con el señor Carlomago Salcedo, con respecto a presuntos inconvenientes que tiene el señor Julio Guzmán en Fiscalía. El señor Carlomagno Salcedo, aparentemente muy amigo de ella, de etapa universitaria, le pide que le dé información con respecto a una investigación. Pero que además, le avise sí es que, está de acuerdo, a la opinión de la susodicha fiscal, de acuerdo a ley. Le da el nombre de una persona que firma una resolución y un número. Ella le dice que va esperar unos minutos para confirmarle si esto es algo serio, o si es necesario salvar al señor Julio Guzmán de un show mediático.
Tal cual. Ahí está el chat que la doctora no ha negado, sino que ha dicho que ha sido descontextualizado y que el señor Salcedo lo que busca es perjudicarla a ella, para el desempeño de otras investigaciones. A ver, muy sencillo. Ella es una fiscal, es perito en la materia, conoce de ley y sabe perfectamente que no tenía por qué hablar del tema. La Oficina de Control Interno OCI de la Fiscalía le ha iniciado un proceso espero sumario, y tiene que ser la señora separada del cargo. Pero, y ¿en qué queda Julio Guzmán?, ¿En qué quedan los moraditos? A ver ¿Qué opinan ¡LOS ABOGADOS! Alberto De Belaunde y Carolina Lizárrioga, al respecto de la conducta desempeñada por el asesor de su bancada? O ¿acaso creen que Julio Guzmán no sabía nada del tema?, digo yo, la ingenuidad tiene límites.
De otro lado, el Presidente de la República, se niega a concurrir a la Comisión de Fiscalización del Congreso, para responder por sus vínculos con Richard Cisneros, más conocido como Richard Swing, lo propio hace la señora Miriam Morales. Por supuesto, el señor no quiere responder nada, absolutamente nada de sus amigos del Lawn Tennis. Por supuesto, ya el tema de la popular Yajaira y el hermano, queda pues en las anécdotas del chismerío de Magaly «La firme».
La realidad es que al Presidente le importa un rábano la Comisión de Fiscalización que encabeza su archienemigo el ex contralor General de la República, Edgar Alarcón y por supuesto, le envía papeles que son argumentaciones sumamente absurdas, como que é1 ya habló, o como que no hay claridad en el proceso. En buen romance, el Presidente se zurra en la Constitución y en el Congreso. Una roya más a la cebra.
Por último, la señorita «Toni» Alva va al Congreso, dice que equivocó un poquito en Reactiva Perú. Por su puesto, estamos en un país con una recesión inmensa; pocas veces vista, con muchísimas empresas quebradas. Y seguramente no va a tener cómo cobrarle a muchísimas empresas no del todo mypes; si no que no va a tener como cobrar los fondos de reactiva 1-2 porque han sido mal aprobados. Es evidente que los medianos y pequeños empresarios no se han visto beneficios, pues es obvio que la señora ha tenido una pésima gestión. Pero digamos, Somos Perú, Alianza para el Progreso de los señores Acuña, Fuerza Popular de Keiko Fujimori y el Partido Morado muy probablemente le extiendan la mano al oficialismo, y de Acción Popular, uno la verdad, puede esperar cualquier cosa. De ahí en más, Unión por el Perú, Frepap, Podemos Perú y el Frente Amplio, votarían a favor de la censura de la Ministra Alva. Dudo mucho que Daniel Urresti, se atreva a faltarle el respeto a su casi jefe Martín Vizcarra y seguramente vamos a ver otro papelón más del Congreso, que no ha podido censurar al Ministro que no compra Tablets, que es el Ministro Benavides de Educación, que no ha podido censurar ni exigirle explicaciones al General Montoya por la muerte de 13 personas en Los Olivos, que por supuesto, no tiene qué decirle a la señora Mazzetti que ha dicho la barbaridad esa de que «Los asintomáticos no contagian». Y en fin, lo de «Toni» Alva ya es parte de la sinrazones y papelones que tenemos que soportar todos los días de este Congreso que evidentemente es peor que el otro. Y así. sucesivamente.
