No soy jurista y por tanto mi análisis lo hago desde el punto de vista histórico y político.
La sentencia se basa fundamentalmente en el derecho de autodeterminación de los pueblos y la no celebración de un referéndum, que decida cuál es la opinión del pueblo saharaui; y es aquí donde, creo que, está el error político de la sentencia, que no ha tenido en cuenta las siguientes realidades.
1- El caso del Sáhara está viciado en origen. Históricamente el territorio estaba incluido en el Imperio Cherifiano (actual Marruecos) y así constaba en todos los tratados con las potencias europeas (desde el siglo XV al XX) y como tal estaba recogido en los mapas franceses, ingleses, alemanes y españoles de la época. Este imperio fue mutilado por el colonialismo franco-español y acabó engrandeciendo a Argelia y creando el conflicto del Sáhara Occidental.
Sin embargo, la ONU de los años 70 lo consideró un territorio a descolonizar y no una reincorporación a la madre patria, cosa que habría sucedido si España hubiese devuelto el territorio en 1956, lo cual no hizo la dictadura franquista.
2- Hoy la ONU se ha dado cuenta del error inicial y ya no habla de referéndum desde el 2007 y sí de un acuerdo político entre las partes, aceptando como base para el acuerdo, el estatuto de autonomía.
3- La no celebración del referéndum se debe a la inexistencia de un censo aceptado por las partes. En esta no aprobación del censo está la postura polisario-argelina de boicot a cuatro de los cinco puntos aprobados para la realización del censo. Actualmente los habitantes de los campamentos no están censados, ni tienen el estatuto refugiado, incumpliendo por parte de Argelia los deberes como país anfitrión y negando los derechos de los refugiados reconocidos por las Naciones Unidas.
4- La propia sentencia habla del Polisario no como único representante del pueblo saharaui, sino como representante de una parte del mismo. Dice la sentencia del tribunal europeo “… que al no poder recabar la opinión de los saharauis….” Sin embargo, esta opinión podía haber sido recabada consultando a los representantes, democráticamente elegidos por los saharauis residentes en el Sáhara marroquí, que son la mayoría y recabar también información del movimiento saharaui por la paz, que representa a otra parte del pueblo saharaui. Desde hoy podemos decir que este pueblo saharaui está representado al menos por las siguientes posiciones:
4.1- Aquellos que siguen viviendo desde el origen del conflicto en el antiguo Sáhara Occidental, hoy Sáhara marroquí y los que se han incorporado al territorio desde los campamentos.
4.2- Aquellos que viven en los campamentos de la Hamada de Tinduf y que ya no están representados únicamente por el polisario, sino por otras posiciones como la del MSP (Movimientos Saharaui por la Paz) que presentan otras alternativas diferentes para solucionar el conflicto.
4.3- Aquellos que viven fuera de los campamentos y del Sáhara marroquí, dispersos por varios continentes, y en especial asentados en Mauritania, que pueden agruparse en una de las dos posiciones anteriores, o tomar cualquier otra posición.
Me atrevo a cuantificar el número aproximado de personas que se encuentran en las tres posturas anteriores:
A- Los que viven actualmente en los campamentos y que están en el censo español de 1974, o bien, lo estaban sus padres, nunca llegaron a 20.000 habitantes (un 27% del censo español) y actualmente después de los numerosos abandonos de los campamentos desde los propios inicios hasta la actualidad, son menos de 16.000 personas. Esto explica la negativa de censar a los refugiados en los campamentos, pues pondría en evidencia la constitución real de la variopinta población de los campamentos una mezcla de argelinos, mauritanos, marroquíes y sahelianos a los que acompaña una pequeña minoría de saharaui procedentes del censo español del 74.
B- Aquellos que viven en el Sáhara marroquí y que nunca abandonaron el territorio (70% del censo español), sumados a los que retornados (AIDIN) de los campamentos, más de 10.000 entre 1977 y la actualidad. Estos representan ahora la gran mayoría y pasan del 75% de la población considerada saharaui de derecho, y que hoy en día votan a partidos políticos o son elegidos en elecciones democráticas a las instituciones político-administrativas marroquíes.
C- Por último, están aquellos que viven fuera de los territorios anteriores y que son menos de 5.000 personas en total. Me consta que una parte importante de los mismos esta próxima a las posiciones del MSP.
- Por último están los productos pesca y agricultura producidos en el Sáhara y que son motivo de los acuerdos UE-Marruecos, que son recogidos por la sentencia. Por cierto no había actividad agrícola en la época de los españoles, y sin embargo, hoy en día abastecen el mercado interior en algunas frutas y hortalizas y tiene además una gran capacidad exportadora.
- En estos momentos no tengo medios para evaluar las producciones totales ni la cantidad de las mismas afectadas por el tratado y por lo tanto su repercusión en el territorio. Pero lo que sí está claro, para aquellos que conocimos el Sáhara de los años 70 del siglo pasado y lo seguimos visitando en la actualidad, que el balance de ingresos y gastos, realizado en el territorio, es favorable a las inversiones hechas por Marruecos en infraestructuras aeroportuarias, carreteras, viviendas, parques eólicos y fotovoltaico, universidades, colegios, pago de salarios, prestaciones a la población residente y funcionamiento del aparato burocrático-administrativo.
7- Conclusión: todavía prevalece en Europa una visión neocolonial sobre nuestros vecinos, poco a poco se impondrá la realidad multicultural que devolverá las aguas a su cauce y que conseguirá un nuevo estatus quo, más justo, solidario y duradero.
La marroquinidad del Sáhara es un hecho indiscutible. Está ampliamente aceptada por la comunidad internacional, como lo demuestra la apertura de 32 Consulados Generales en El Aaiún y Dajla sumándole el apoyo explícito de más de 115 países a la iniciativa de autonomía bajo soberanía marroquí, como única solución a este contencioso regional.
Al mismo tiempo, la mayoría de los estados miembros de la ONU no reconocen la pseudo “rasd”, y apoyan el proceso político, bajo la égida exclusiva de la ONU, como única vía para alcanzar una solución política definitiva al contencioso regional sobre el Sáhara.
A este respecto, quiero subrayar que la “pseudo rasd” no es más que una emanación de los intereses geopolíticos y de la agenda hegemónica del país que acoge los campamentos de Tinduf. No tiene territorio, población ni gobierno. La gran mayoría de la población saharaui vive en el Sáhara marroquí, donde participa activamente en el desarrollo y la vida democrática de la región a través de sus representantes regionales y locales.
La obstinación de Argelia en negarse a comprometerse de buena fe en el proceso político está retrasando la solución definitiva del contencioso regional sobre el Sáhara marroquí, manteniendo como rehenes a los habitantes de los campamentos de Tinduf e hipotecando el futuro de los pueblos de la región. Impidiendo la construcción del gran Magreb árabe que tanto interesa al bienestar de los pueblos norteafricanos, a la unión europea y en definitiva a la humanidad.
Las Palmas de Gran Canaria, octubre de 2024.
(*) Profesor de la ULPGC y experto en el Magreb
