Ricardo Escudero
Al gobierno le interesa solamente cuánto dinero tienes en tu bolsillo y cuánto puede sacarte cada vez que se inventan nuevas leyes o regulaciones que permiten a los burócratas y a los políticos succionadores, seguir quitándote tus ingresos. ¿Sabes porqué ocurre eso? Porque tú lo permites, te quedas en silencio y volteas la mirada. Así de simple.
Al gobierno le interesa solamente lograr sus objetivos partidarios, no le importa el país, no le interesa si un pobre es más pobre, o si una familia de clase media se empobrece. Tampoco le importa si una bodeguita quiebra, si la peluquería cierra por falta de pagos de servicios y alquiler, si el reciclador que camina de noche y de madrugada está enfermo o cubrió con su trabajo el pago de los estudios en la universidad para su hija.
Al gobierno le interesa solamente que te quedes callado, que asumas, que seas un maniquí, sin ideas, sin palabras, sin pensamientos, sin ideas. ¿Sabes porqué? Para no tener impedimentos para robar, para mentir, para seguir siempre en lo mismo.
Y entonces viene la gran pregunta: ¿Has mejorado en tu economía familiar desde que Vizcarra, Sagasti y Castillo gobiernan? No, es imposible que digas lo contrario, ni siquiera un fanático de esos gobiernos puede afirmarlo, salvo que seas o hayas sido congresista, ministro, viceministro, asesor o director de alguna entidad pública, nombrado en cargo de confianza, o sea, para decirlo en forma elegante, un arrastrado servil al gobierno.
Por eso, mientras aumenta la pobreza, el desempleo y la angustia en cada familia, el gobierno roba, el gobierno mata, el gobierno quita, el gobierno impide, el gobierno destruye al país. Y si el gobierno es de izquierda, es más eficiente en el daño, más rápido en el castigo, más miserable en el destino final.
¿Pero si esto es así, nadie dice nada, nadie se rebela, nadie protesta? Si tú estás callado es tú problema, no me pidas a mí que me encargue de tu silencio y tu adoración al sometimiento, eso no es justo. Cada uno es dueño de su presente y esclavo o líder de su futuro.
Aclaradas las cosas y señalados los acobardamientos, es preciso explicarte que tienes tiempo para rebelarte, que todavía puedes abrir la mirada, levantar la frente, alzar los brazos, gritar tu indignación y promover respuestas, acciones con ideas, reacciones con decisiones y aportes para recuperar los caminos del progreso y del desarrollo, luchando por una mejor democracia y una mayor libertad.
¿Quieres hacerlo? Sal de las redes sociales 10 minutos al día y conversa con tu esposa y con tus hijos primero, lee y comparte opiniones que no tienen tachas sobre la idoneidad moral e intelectual de su procedencia. Sé razonable, escucha, alienta el diálogo entre demócratas, no hables con cólera porque cosecharás odios. Habla con tu esposa y con tus hijos, mientras más jóvenes mejor. Si enseñas lo que sucede, aprenderán a rechazar las injusticias de la izquierda.