Ricardo Sánchez Serra
El ministro de Defensa, José Luis Gavidia, anunció alegre e irresponsablemente la desactivación de la Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (Acffaa)y que su sector destinará 39 mil millones de dólares para la adquisición de armamento militar nuevo.
El controvertido ministro y contralmirante chotano fue criticado por el analista militar, Andrés Gómez de la Torre, porque sus declaraciones son “poco realistas y buscan consolidar el respaldo de los mandos castrenses”.
Las intenciones de Gavidia son poco serias, porque precisamente se crea la Acffaa, para, primero evitar en las compras la corrupción de malos funcionarios; y, segundo, realizar las compras corporativas con una economía de escala, es decir, ahorrando y evitando que cada institución compre por su lado y que resulte más caro para el Estado.
Asimismo, tercero, en la lucha contra la corrupción tiene un sistema antisoborno; cuarto, se ha demostrado que su accionar es técnico, honesto y transparente.
Está claro que en algunos sectores de las FF. AA. la Acffaa es una piedra en el zapato, porque prefieren realizar las compras directamente, por intenciones subalternas o acusando a las Acffa de lentitud en las adquisiciones.
La ligera intención del ministro de cerrar la Agencia no es nueva, es cíclica, y aprovecha la distracción de la opinión pública en otros temas o que los incautos no se den cuenta.
Las cosas claras
Hace diez años fue creada la Acffaa con el fin de “planificar, organizar y ejecutar el Plan Estratégico de Compras… así como los procesos de contrataciones de bienes, servicios, obras y consultorías a su cargo, en el mercado nacional y extranjero”.
Y fue establecida mediante una Ley del Congreso, así que el ministro no puede cerrarla, porque se le ocurre: la única manera de desactivarla es mediante otra ley del Congreso, o que este le de facultades al Ejecutivo para que inicie el proceso.
¿Ante tantas denuncias de corrupción en el país, el presidente Castillo o el Congreso querrán cerrar una institución honesta, técnica y transparente?
¿Asfixiarla?
Pero si el ministro no entra en razones y sigue en sus trece, lo que puede suceder es que asfixien a la Agencia, como ya ha venido sucediendo. Es decir, no darle procesos y que las propias instituciones hagan sus propios procesos de adquisiciones.
Cabe señalar, que la Acffaa es una entidad que debe realizar todas las compras de las tres FF. AA,, Comando Conjunto de las FF. AA y todas las instituciones adscritas al Ministerio de Defensa, por lo que todas estas compras estratégicas y de mayor cuantía, deben pasar obligatoriamente por la Agencia.
Asimismo, como el ministro no puede cerrar la entidad, ni clausurarla internamente, es probable que la vayan regulando por cualquier pretexto, y la vayan dedicando solo a los temas normativo, consultivo y de reglamentación y no de ejecutar las compras y con ello el resultado es lo mismo. Así las compras estarán a cargo de las instituciones armadas y se sacaría la vuelta a la Ley, que es delito.
La Agencia puede autorizar que las instituciones hagan sus compras con una resolución jefatural. Eso de delegar está en el límite de la legalidad e ilegalidad.
Institución técnica
La Agencia se creó con la buena intención de centralizar todas las compras militares, y que debería incluir también las de la Policía Nacional del Perú, que no se pudo concretar por falta de decisión política y resistencia de los altos mandos policiales. Por ello, ahí se puede comprobar la compra mamarracha y fallida del Antonov, modelo AN-178, un avión ucraniano prototipo, que no se sabe si es todo terreno -que debe estar destruido por la guerra- y que fue una compra antitécnica -y que ni siquiera fue consultada a los especialistas de la FAP- en desmedro del eficaz avión italiano Spartan. Muchos deben ir presos por acción u omisión.
Volviendo al tema de la Acffa, debemos reiterar que es un organismo técnico dedicado solo a ello, sin distracciones del servicio y sin la intromisión jerárquica militar, obediencia debida, ascensos o retiros de por medio, ni todo ese lenguaje que rodea a los militares.
Como hemos señalado en un anterior artículo “La Agencia cumple un rol importante de transparencia para las compras más importantes del sector Defensa, porque están compartidas las responsabilidades (las FF. AA. hacen el requerimiento, la Agencia la adjudicación y las FF. AA. reciben y dan la conformidad, lo cual le da un gran valor agregado al sector Defensa en sus adquisiciones, más aún en épocas de tantos cuestionamientos y la alta percepción de corrupción en las compras públicas…”
Si la acusan de burocrática, es conocido que todos los procesos de compras necesitan su tiempo y que todo sea absolutamente transparente y este es el mayor logro intangible. Si hay demoras en los procesos de compras es por la falta especificaciones técnicas, no muy claras y deficiencia en la presentación de las propuestas de los postores, como, por ejemplo, respaldo del fabricante o expediente incompleto. Antes que se creara la Agencia era fácil cerrar los ojos ante los requisitos.
Cabe mencionar que la Acffaa tiene numerosas certificaciones ISO, reconocimientos de “Buenas Prácticas” en Gestión Pública, en la Categoría “Compras Públicas Eficientes”. También Ciudadanos al Día consideró finalista a la Agencia por la iniciativa “Determinación de las características técnicas de bienes al interior del Estado, mediante el proceso de homogeneización como instrumento para compras eficientes”.
Finalmente, la institución implementó el sistema de catalogación para la Defensa, alineado con el de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Muchos de los grandes logros se realizaron siendo ministro Jorge Nieto Montesinos y el jefe de la Agencia, Roy Carbajal -y antes el general FAP Carlos Caballero-, como los Isos y la compra de mejores servicios a mucho mejores precios, a veces ahorrando hasta el 80 % más que los años anteriores.
El ministro Gavidia, o se desdice, o debe ser convocado por el Congreso a explicar por qué busca desactivar la Acffaa, ya que es un retroceso en la lucha contra la corrupción, la honestidad y transparencia en las compras militares.