Por Ricardo Sánchez Serra
Hoy se celebra el Día Nacional de Marruecos o Fiesta del Trono, en un momento en donde el reino está obteniendo grandes éxitos diplomáticos en torno a la cuestión nacional, que es el Sahara, pilar fundamental de su política exterior y por la posición de los países conoce quiénes son sus amigos, pues se trata de su integridad territorial.
El Rey Mohammed VI, en esta importante fecha, pronunció un discurso a la Nación, en donde entre muchos temas, destacó tres ejes de su política exterior: el Sáhara, Argelia e Israel. Y no menos importante, su relación con Europa, traducida en la presentación de una candidatura compartida con España y Portugal, para acoger las eliminatorias de la Copa del Mundo del 2030.
El fútbol también juega su papel en la diplomacia y como señala el soberano “Se trata de una candidatura sin precedentes, que une dos continentes y dos civilizaciones, África y Europa, y une las dos orillas del Mar Mediterráneo, portando las ambiciones y aspiraciones de los pueblos de la región de alcanzar mayor cooperación, comunicación y entendimiento”.
La autonomía propuesta por Marruecos a su Sáhara marroquí, es cada vez más apoyada por la comunidad internacional y que en la ONU ya no se habla desde hace más de 16 años de referendo. Desde el año 2007, el Consejo de Seguridad expresa que es la propuesta más «seria, realista y creíble para la solución del diferendo».
Estas victorias diplomáticas se suman al reconocimiento de Estados Unidos e Israel a su Sahara, la posición de España de apoyar la autonomía y como menciona el rey a los sucesivos reconocimientos de la soberanía de Marruecos sobre sus provincias del sur y la apertura de consulados en Laayún y Dajla, por cerca de 30 naciones.
Mohammed VI vuelve a extender su mano amiga a los países vecinos, en particular a Argelia, en aras de establecer sólidas relaciones y que espera se mejoren.
“Queremos asegurar una vez más a nuestros hermanos argelinos, tanto a los dirigentes como al pueblo, que Marruecos jamás será origen de cualquier daño o perjuicio. Les queremos transmitir, igualmente, la enorme importancia que otorgamos a los vínculos de afecto, amistad, intercambio y comunicación entre nuestros dos pueblos.
A Dios Todopoderoso imploramos para que todo vuelva a la normalidad, y que se abran las fronteras entre nuestros dos países y pueblos vecinos y hermanos”, afirmó.
De buena fe el soberano marroquí ha extendido su mano a Argelia, siendo rechazada todas las veces. Esperemos que en esta oportunidad acceda, en aras de la hermandad, la paz y el desarrollo del Magreb, que es la región menos integrada de África.
En esta región debe haber un coliderazgo, pero antes establecer relaciones de confianza, que evitará así los grandes gastos en armamento, gastos que deberían ser derivados al desarrollo. “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”, dijo el Papa san Pablo VI.
En esta fecha tan importante extendemos nuestros deseos de prosperidad y paz para el pueblo y gobierno marroquí y salud al rey Mohammed VI.