En el panorama actual de crisis climática, desorden político y confusión global, la figura de Sócrates emerge como un faro de claridad y orientación moral. Su filosofía, arraigada en la búsqueda incansable de la verdad y la honestidad, ofrece una guía valiosa para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo.
Sócrates, desafió las convenciones sociales de su tiempo al cuestionar las creencias establecidas y fomentar la reflexión crítica.
Su método de diálogo socrático, caracterizado por hacer preguntas profundas y analizar las respuestas, sentó las bases de la filosofía occidental y sigue siendo relevante en el siglo XXI. Una de las cualidades más destacadas de Sócrates fue su honestidad inquebrantable.
En un mundo donde la desinformación y la manipulación son moneda corriente, su ejemplo nos recuerda la importancia de mantenernos fieles a nuestros principios y valores, incluso cuando enfrentamos la oposición y la crítica.
Para Sócrates, la virtud y la justicia eran fundamentales para una sociedad bien ordenada. En medio de la crisis política y social que enfrentamos, sus enseñanzas nos instan a examinar críticamente nuestras acciones y decisiones, y a trabajar por un mundo donde prevalezcan la equidad y el respeto mutuo.
Recuerdo una clase con mis alumnos de mi clase de Desarrollo sostenible de la Universidad San Martín de Porres sobre la crisis climática.
Mientras discutíamos sobre las causas y soluciones del cambio climático, me di cuenta de la importancia de aplicar el método socrático de diálogo. En lugar de imponer mis opiniones, opté por hacer preguntas abiertas y fomentar un intercambio de ideas honesto y respetuoso.
A través de este enfoque, pudimos llegar a un entendimiento compartido y explorar posibles acciones para abordar el problema juntos.
En un mundo lleno de incertidumbre y desafíos, las enseñanzas de Sócrates siguen siendo relevantes y necesarias. Su énfasis en la honestidad, la búsqueda de la verdad y la justicia ofrece una guía invaluable para enfrentar los problemas de nuestro tiempo con coraje y determinación.
En última instancia, Sócrates nos recuerda que la filosofía no es solo un ejercicio intelectual, sino también una guía para la acción moral y ética en el mundo. Al seguir su ejemplo de honestidad y búsqueda de la verdad, podemos trabajar juntos para construir un futuro más justo, sostenible y humano para todos.
En un mundo donde la crisis climática y la política dividen a las personas, el legado de Sócrates nos invita a unirnos en la búsqueda de soluciones comunes y a enfrentar los desafíos con valentía y determinación.
(*) Abogada Constitu
cionalista