El sector automotriz ha mostrado ser muy importante en diversos países, el vehículo eléctrico (VE) no es un invento reciente, de hecho, el primero en su tipo data de la década de 1830 y fue inventado por Robert Anderson. La comercialización de los VE inició en 1852, pero estos presentaban un inconveniente: la autonomía, las baterías no se podían recargar y no cubrían largos recorridos.
La creación de las baterías recargables por Gastón Planté en 1859 y la invención (1880) de Camille Faure de un procedimiento electroquímico que aumentaba la capacidad de carga de la batería, permitieron que se pueda hablar de vehículos eléctricos operativos, pero que aún no podían cubrir una extensa ruta.
En la primera década del siglo XX, los VE se habían vuelto populares, representaban cerca de la tercera parte del parque automotor de las grandes ciudades del mundo, donde su rango limitado no era una desventaja. Empresas como Electric Vehicle Company, Woods Motor Vehicle Company, Detroit Electric, General Vehicle Company y Milburn Light Electric estaban presentes en el mercado.
Luego de muchas décadas, en 2007, Nissan y Renault formaron una alianza que buscaba posicionarlos como líderes en el terreno de los vehículos eléctricos, lanzando al mercado el primer motor eléctrico producido masivamente: el desarrollo del Nissan Leaf tomó tres años, llegando a coronarse como el VE más vendido en el mundo en su época.
Hubo empresas que no lograron adaptarse a este tipo de mercado y se declararon en bancarrota, por ejemplo, Fisker en 2014. Con la fundación de Tesla y los lanzamientos de las líneas Roadster y Model S, acompañados de los superchargers, la movilidad eléctrica volvía a ser una realidad viable (aunque solo para la clase social con mayores ingresos). En la actualidad, casi todos los fabricantes de automóviles tienen (o tendrán en breve) un automóvil eléctrico.
El 2020 en el Jockey Plaza se inauguraron dos estaciones de carga para vehículos eléctricos, como implementación al DS- 022-2020 que aprobaba la implementación de puntos de recarga para movilidad en grifos y estacionamientos privados, mientras esto pasaba en Perú, paralelamente, en la COP26 se discutía acerca del futuro del transporte.
Si bien la transición a la movilidad eléctrica ya está en marcha en países como Noruega, China y el Reino Unido, según reportes de The Guardian se prevé que más del 90% del aumento de vehículos eléctricos se produzca en países de ingresos bajos, muchos de los cuales carecen de las regulaciones e incentivos necesarios para promover vehículos de emisión cero.
Estos acontecimientos me hizo plantearme la siguiente pregunta ¿cómo avanza la electromovilidad en nuestro país? en dicho contexto según el reporte de la Asociación Automotriz del Perú (AAP) solo 600 vehículos electrificados comercializados en el país, siendo nuestro Perú el último lugar en América Latina respecto a la venta de este tipo de autos, ahora la misma AAP promovió una hoja de ruta donde propusieron la exoneración temporal del Impuesto General a las Ventas (IGV) a los vehículos electrificados (híbridos y eléctricos), así como la ampliación del marco legal para deducir gastos para efectos del impuesto a la renta, exonerar o reducir el impuesto al patrimonio vehicular, corrigiendo distorsiones como la de gravar con más impuestos a los vehículos nuevos, en lugar de hacerlo con los modelos que más contaminan, de la misma manera también se plantean mecanismos de promoción del crédito para la adquisición de vehículos cero emisiones e implementar incentivos no tributarios o económicos, como la eliminación de restricciones para la circulación conocido como pico y placa, otorgar placas de rodaje diferenciadas para vehículos eléctricos y promover el cambio de la flota estatal a modelos electrificados para incentivar el cambio de tecnología.
Otro eje importante es modernizar el transporte público masivo, donde el Estado debe impulsar planes piloto con buses eléctricos, en vez de apostar por vehículos pequeños.
El Perú a seguido de cerca la electromovilidad, en los últimos años, se han desarrollado algunos incentivos que incluyen, la aprobación de reducciones tributarias al impuesto selectivo al consumo (ISC), la presentación de pilotos de buses comerciales y mineros, y la electrificación piloto de mototaxis en Pucallpa, el potencial de la electromovilidad en nuestro país, y el ámbito por donde debemos comenzar es el transporte público, su caos es, a su vez, una oportunidad para reformarlo y electrificarlo en beneficio de los ciudadanos que demandan un sistema eficiente, moderno y cero emisiones, tenemos a favor un enorme potencial en energías renovables y la del litio en el sur.
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Abogada Constitucionalista