«Tan pronto como una moneda en la alcancía suena, del purgatorio el alma sale». En la época antes que Lutero renunciara a la iglesia católica, financiar a la iglesia ofrecía a los creyentes una alternativa para pagar por sus pecados en la vida después de la muerte. El mercado de créditos de carbono promete algo similar. En lugar de reducir tu huella de carbono, las empresas han optado pagar a alguien más para que lo haga por ellos.
Algunas investigaciones señalaron que muchas de las principales compensaciones que suelen intentar restaurar bosques, son sirven. Se argumentan que los intermediarios acaparan los ingresos y que las personas indígenas no se benefician.
En teoría poner un precio a la emisión de carbono debería incentivar a las empresas a dejar de contaminar, pero en la práctica los mercados de carbono aún no han logrado su objetivo ¿porque no vemos iniciativas más efectivas?
La reciente COP 28 ha destacado la importancia del mercado de carbono como una herramienta crucial en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, en el contexto peruano, esta herramienta enfrenta una serie de desafíos que deben abordarse para maximizar su efectividad y beneficios, aún seguimos a la espera del RENAMI. Uno de los aspectos más preocupantes es la tendencia a la baja en los precios de los créditos de carbono, un fenómeno que ha generado incertidumbre y desconfianza en el mercado sobre todo el Perú.
Como menciono los precios de las compensaciones basadas en la naturaleza han experimentado una caída significativa en los últimos años, pasando de $15 por tonelada después de la COP climática en Glasgow a un desastroso $0.10 por tonelada después de la reciente reunión en Dubái. Esta disminución drástica en los precios ha puesto de relieve la fragilidad del mercado de carbono voluntario y ha planteado serias dudas sobre su capacidad para cumplir con sus objetivos de mitigación.
En el contexto peruano, donde la corrupción y la falta de transparencia son problemas persistentes, esta situación plantea serias preocupaciones sobre la capacidad del país para gestionar de manera efectiva su participación en el mercado de carbono, por eso es necesario buscar un mejor liderazgo en la materia, ya que Perú pierde oportunidades a gran escala.
Además, la caída en los precios de los créditos de carbono también ha generado un renovado interés en la reforma y la mejora del mercado, se están proponiendo una serie de medidas para fortalecer la integridad y la transparencia del mercado, incluida la verificación y el registro de las compensaciones.
Estas iniciativas son un paso positivo hacia la creación de un mercado de carbono más sólido y efectivo en el Perú y seguimos esperando el RENAMI y los acuerdos de libre intención seguirán sin cumplirse si solo el Perú se fija en gasto corriente que en la herramienta que tanto necesitamos. Con un compromiso renovado, una mayor colaboración internacional y una acción decisiva a nivel nacional, Perú puede convertir estos desafíos en oportunidades y liderar el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente para todos.