Cuando se insiste en el mismo error o no hay intención de enmienda, podemos afirmar que intencionalmente se busca la crisis. Esto se puede concluir después de casi siete meses del ya fallido gobierno de Pedro Castillo. Gobierno que bate récords y genera vergüenza internacional por su falta de capacidad y nula articulación con las fuerzas políticas y demás sociedades civiles.
Son cuatro gabinetes ministeriales que se registran como parte de la administración de Castillo. Los tres gabinetes anteriores al último designado (Gabinete Torres) concluyeron escandalosamente, evidenciándose nula gestión, interminables denuncias y conflictos internos. Esto sin contar a los ministros que debieron dejar el cargo en razón de las serias acusaciones y el inmediato rechazo de la opinión pública.
Hoy, estamos ante el cuarto gabinete ministerial encabezado por el siempre confrontacional Aníbal Torres. Lo acompañan ministros que ya formaron parte de gabinetes anteriores y que se hayan altamente cuestionados. Se suman a ellos personajes allegados al secretario general del partido político Perú Libre, Vladimir Cerrón.
Es claro que el actual gabinete reúne todas las características y condiciones para garantizar una confrontación permanente con el Congreso de la República y su eventual disolución. Esto, en tanto que hasta la fecha la única «política de Estado» mostrada por Castillo es el cierre del Congreso y el impulso de una Asamblea Constituyente promocionada hace meses. Tal estrategia le permitiría diseñar una nueva Constitución política a la medida de su intención de perpetuarse en el poder. Esto, en fiel y dedicado cumplimiento a los planes del eje socialista digitados desde Cuba.
No es casualidad que Carlos «el gallo» Zamora sea el actual embajador de Cuba en nuestro país. Tanto él como su esposa Maura Juanperez tienen el rango de coroneles dentro de la Dirección Nacional de Inteligencia Cubana. Peligroso, ¿verdad? Su presencia en nuestro país respondería a un claro objetivo de inmiscuirse y digitar el rumbo que tomará el Perú con un mandatario absolutamente manipulable y condescendiente con las políticas comunistas que han ganado terreno en la región latinoamericana.
Es claro que para Cuba y todo el eje socialista, nuestro país -por su estratégica ubicación geopolítica y grandes recursos naturales- representa un botín codiciado pues se busca convertir al Perú en su despensa y fuente de recursos. Situación equivalente a lo sucedido con el petróleo de Venezuela.
Nos hallamos, nuevamente, ante una crisis generada por el propio gobierno central, que no solo se caracteriza por la nula capacidad de gestión, sino también por su evidente cooperación para favorecer intereses de actores políticos externos. No olvidemos que el régimen ha corroborado una vez más su demencial proceder y ha atentado, incluso, contra la soberanía nacional al contemplar la posibilidad de otorgarle salida al mar a Bolivia.
El plan comunista sigue en marcha y avanza en todo momento. El margen de “error” de Castillo ha llegado a su fin. Le corresponde a todas las fuerzas democráticas, partidos políticos, sindicatos, sociedades civiles y colectivos en general deponer sus diferencias, uniéndose en una sola voz que respalde al congreso en su trabajo de buscar consenso e impulsar los recursos constitucionales que permitan proteger nuestra democracia y reencaminar el rumbo nacional. Evitemos la disolución. Cambiemos la historia.
