La inflación de los alimentos en el Perú se encuentra estabilizándose y con poca probabilidades a la baja
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), registro que en julio, el índice de precios al consumidor anual creció 5,88%, la tasa más baja no vista desde enero de 2022. Sin embargo, aunque desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ven con entusiasmo esta cifra, pese a estar lejos del rango meta (3%); el bolsillo del ciudadano de a pie siente aún los elevados precios de algunos alimentos básicos.
El economista Armando Mendoza sostiene que “estamos entrando a una suerte de meseta o estabilización en el proceso de la inflación, pero el hecho que desaceleran, no implica que los precios empiezan a caer”.
«La inflación que nos hemos venido viviendo en los últimos años no ha retrocedido y ya hay un impacto económico. Comparado con periodos anteriores, es positivo, pero igual sigue creciendo», explica el experto.
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Recordemos que, en julio de 2022, la tasa de inflación interanual en Lima Metropolitana era de hasta 8%, y a la fecha marca un crecimiento de 5%. De acuerdo a los recientes datos del INEI, a nivel nacional la inflación anual de alimentos y bebidas no alcohólicas (11,62%) duplica al índice anual y general de precios (6,02). Si desagregamos de enero a julio de este 2023, la inflación alimentaria acumulada creció 6,08, mientras que la inflación general se encuentra en 3,17%.
Mendoza señala que, para revertir esta situación de alimentos en la economía familiar, se tendría que abaratar los costos de agricultores o que la política central del Gobierno en temas agrarios apunte a facilitar verdaderamente el acceso de fertilizantes.
«Incluso con 0,3% estamos duplicando el rango meta. Hay que apuntar a reducir costos, proveer financiamiento de los agricultores», mencionó.
Además, plantea brindarles mecanismos urgentes de financiamiento técnico y medidas de prevención adecuadas frente al fenómeno climatológico El Niño Global.
Quienes resultan más perjudicados del encarecimiento del precio de los alimentos son los más de bajos recursos, debido a que son los que destinan una mayor proporción de su gasto a la alimentación. Los hogares en condición de pobreza y pobreza extrema emplean en promedio un 49% y 52% de sus gastos en su alimentación, mientras que los hogares no pobres ni vulnerables destinan en promedio el 28% a este rubro.
