El alcoholismo y otras adicciones representan graves problemas que impactan profundamente en la salud mental, las relaciones sociales y la calidad de vida. Estas problemáticas pueden desarrollarse de manera silenciosa, afectando a personas de todas las edades, especialmente a jóvenes en formación, ya sea en la escuela o en la universidad. Comprender cómo prevenir y actuar frente a estas situaciones es fundamental para fomentar una vida saludable.
En el programa Cayetanamente, transmitido en Cayetano+ y conducido por la doctora Dany Araujo, la psicóloga clínica Nancy Valdez, master en Farmacodependencia en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y especialista en tratamiento de rehabilitación, abordó los riesgos asociados al consumo y compartió estrategias preventivas para proteger a la población joven.
El alcohol como factor de riesgo en la adolescencia
La psicóloga Nancy Valdez destacó que el alcohol es uno de los mayores factores de riesgo para una variedad de consecuencias adversas, especialmente durante la adolescencia. Según la especialista, los patrones de consumo están cambiando: “Antes, la mayoría empezaba con la cerveza; ahora los chicos empiezan con bebidas alcohólicas con mayor contenido de alcohol y el efecto que puede tener en el cerebro es distinto”, señaló.
El consumo de alcohol en adolescentes está asociado a múltiples problemas, como afectaciones en el desarrollo cerebral, bajo rendimiento académico, relaciones sexuales de riesgo, lesiones, accidentes y un deterioro en las relaciones familiares.
Además, la psicóloga Valdez explicó que las mujeres son particularmente vulnerables debido a diferencias biológicas entre géneros que influyen en la metabolización del alcohol, lo que incrementa los efectos adversos. Asimismo enfatizó que, desde temprana edad, el consumo del alcohol está normalizado en contextos familiares y sociales: el alcohol es “parte de incluso de muchas ceremonias religiosas. Entonces eso va a influir en la formación de las creencias que yo tengo acerca de qué cosa es el alcohol, y que está muy asociado a momentos de alegría, afecto, felicidad. Hasta se van normalizando los excesos”, sostuvo.
El hábito de consumir alcohol en reuniones sociales o fines de semana puede parecer inofensivo al principio, pero con el tiempo puede convertirse en un factor de riesgo para el consumo de sustancias ilegales. Esto sucede porque el patrón de consumo recreativo puede alterar la percepción de control personal, afecta la capacidad de manejar impulsos y fomenta la búsqueda de experiencia más intensas.
Impacto emocional y salud mental
“El consumo excesivo de alcohol en jóvenes, combinado con la falta de autocontrol, no solo puede afectar su desarrollo físico, sino también su salud emocional, incrementando significativamente el riesgo de depresión. Esta combinación es particularmente peligrosa, ya que el alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, exacerbando los problemas emocionales en lugar de resolverlos”, sostuvo la especialista.
Prevenir el consumo de alcohol y otras sustancias en los jóvenes no solo protege su salud física y emocional, sino que también les ayuda a desarrollar habilidades para tomar decisiones responsables y vivir una vida plena.
Consejos para prevenir el consumo del alcohol y otras sustancias
- Fomentar la comunicación abierta: Hablar con padres o mentores sobre preocupaciones y presiones, y pedir apoyo si se siente vulnerabilidad hacia el consumo.
- Ocupar el tiempo en actividades saludables: Deportes, música arte o voluntariado son alternativas que ayudan a construir una identidad fuerte y positiva. Planificar los fines de semana para evitar entornos de riesgo.
- Reflexionar sobre las consecuencias: Pensar en los efectos del consumo de alcohol o drogas en la salud, las relaciones y las oportunidades futuras. Asimismo, reflexionar sobre los riesgos inmediatos, como accidentes, peleas o problemas legales, que pueden surgir al consumir sustancias.
- Cuidar la salud mental: Aprender a manejar emociones como el estrés, la tristeza sin recurrir a sustancias. En caso necesario, buscar ayuda profesional.
Conclusión
La prevención del consumo de alcohol y otras sustancias comienza con el autocuidado, la educación y la confianza en las propias decisiones. Con un enfoque consciente y el apoyo adecuado, es posible resistir a la presión social y construir un futuro saludable y exitoso. El bienestar está en las manos de cada persona.