El presidente argentino promocionó un token digital que se desplomó tras una maniobra especulativa
El presidente argentino, Javier Milei, generó controversia al promocionar en sus redes sociales una criptomoneda llamada $LIBRA, presentada como una iniciativa para financiar pequeñas empresas.
Sin embargo, horas después, tras una abrupta caída del valor del activo, anunció que dejaría de difundir el proyecto.
En su publicación original, Milei aseguraba que se trataba de «un proyecto privado» con el objetivo de «incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando emprendimientos locales».
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Su mensaje finalizaba con la frase «El mundo quiere invertir en Argentina. $LIBRA». La iniciativa se basaba en blockchain, sin respaldo en dinero real.
La promoción presidencial desató críticas inmediatas de economistas y expertos en criptomonedas. Muchos alertaron sobre la posibilidad de que $LIBRA fuera una estafa o un esquema Ponzi, dado que el 80 % de los tokens estaban en manos de pocos tenedores antes del respaldo de Milei.
El especialista informático Javier Smaldone denunció en X: «El presidente acaba de lanzar públicamente una estafa global burda y evidente».
El impacto de la publicación de Milei en el mercado de $LIBRA fue inmediato. Su valor se disparó hasta alcanzar los 4978 dólares, mientras los primeros inversores vendían a precios inflados, generando millones en ganancias.
Poco después, el activo se desplomó, evidenciando lo que en el mundo cripto se conoce como «rug pull», una estrategia de fraude especulativo.
Referentes de la oposición también cuestionaron al mandatario. El senador de la UCR, Martín Lousteau, recordó que no es la primera vez que Milei promociona activos digitales dudosos.
En 2021, cuando era diputado, difundió la plataforma CoinX, que prometía retornos del 8 % mensual en dólares y hoy es investigada por presunta estafa.
Maximiliano Ferraro, diputado de la Coalición Cívica, sostuvo que la operación con $LIBRA «fue una maniobra especulativa que podría estar apalancada en el poder político del presidente y en el uso de información privilegiada».
Tras la ola de críticas, Milei intentó despegarse del escándalo, afirmando que «no estaba interiorizado de los pormenores del proyecto» y que, al conocerlos, decidió no seguir difundiéndolo.