Por: Yorry Warthon / Vizcarra miente. Es lo que innumerables usuarios de Twitter, Facebook, Instagram y demás redes sociales afirman. Ya existen periodistas que confirman la existencia de un psicosocial que busca incriminar a los peruanos más débiles, insertándoles un chip en el cerebro para controlar sus emociones y sus culpas.
¡Ustedes son los culpables! Parece ser la frase que el presidente utiliza con voz alzada en cada una de sus intervenciones desde palacio de gobierno.
La incriminación al repetir constantemente sobre el número de detenidos ya es costumbre en palacio: “Ya son más de 20 mil detenidos”. “Son desobedientes e indisciplinados”. “Merecen un castigo ejemplar”. “Pongámosle multas y sanciones”. “Continúen deteniendo a esos que no quieren quedarse en su casa”. “Fílmenlos, persíganlos y exhíbanlos en señal abierta”.
¿De quienes puede estar hablando el presidente? ¿De los vecinos de Miraflores, San Isidro, San Borja, etc.? Claro que no.
Cualquiera que haya manejado psicosociales sabe perfectamente cómo funciona la casuística. Seleccionas seres marginales, ingobernables, que actúan con estridencia y pomposidad. Les pones una cámara, buenos reflectores, y los exhibes a nivel nacional. La consigna es repetir el material hora tras hora en señal abierta. A través de esos medios de comunicación que facturan fortunas haciendo conmovedores spots sobre la pandemia.
Las reproducciones de personas irrespetando las reglas del Estado de Emergencia deben ser lo suficientemente exageradas para convertirlas en virales. Solo así alcanzarán su cometido: Convencernos de que la culpa es nuestra. Y que merecemos un castigo severo. Uno ejemplar.
Hay quienes han advertido la existencia de este psicosocial y entienden a la perfección que posiblemente Martin Vizcarra, en complicidad con sus subalternos, haya decidido enfrentar esta batalla insertando el chip de la culpabilidad en el cerebro de quienes integran las poblaciones vulnerables.
Entonces es oportuno recordarle al mandatario que existen peruanos condenados a la extrema pobreza. Situados en arenales y cerros, carentes de agua potable. Confinados a kilómetros de distancia de postas médicas u hospitales. Aquellos quienes presentan síntomas inapelables y que quizá ya estén contaminados con el COVID-19 sin la más remota posibilidad de acceder a una prueba serológica. Menos a una molecular.
Son peruanos que sobreviven en condiciones infrahumanas y que, en medio de esta pandemia, parece ser que ya han sido condenados a la muerte. Personas que han elegido morir de Coronavirus antes que de hambre.
Échales la culpa, Vizcarra. Échales la culpa de no poder cumplir con los crudos parámetros de la cuarentena. Sé implacable y muy severo. Castígalos con las detenciones. Ensúciales el expediente con antecedentes policiales, judiciales, penales, y/o psicológicos. Imponles multas económicas de S/ 430 que no podrán pagar.
Tal parece que estafarlos con el fracaso del bono no ha sido suficiente. Como tampoco ha sido suficiente haber comprado -presuntamente- un millón y medio de pruebas serológicas que no le sirven en nada al pueblo peruano. Tal parece que el número de muertos que día a día se incrementan -en medio de un rosario de irregularidades- tampoco es suficiente. Tal parece que usted, presidente Vizcarra, ya está preparado para atender una convulsión social inexorable.
*Abogado y Analista Político