Especialista en psicología señala que es fundamental abordar este tipo de casos de abuso, es bueno dialogar con nuestros hijos y hacerlo con honestidad y respeto.
No más jóevenes abusadores. Tras la exposición de un video en el que Sebastián Palacín, hijo de Julián Palacín, actual presidente de Indecopi, narra cómo habría abusado sexualmente de una joven en estado de ebriedad viene causando gran indignación por la frialdad, detalle y “orgullo” con los que este joven cuenta lo sucedido como si fuera una anécdota.
Este video, que finalmente ha sido eliminado por el propio autor y reemplazado por otro en el que ofrece disculpas y señala que la grabación fue parte de un “experimento social”, ha sido el punto de partida para que los ciudadanos se cuestionen: ¿qué pasa con los jóvenes y la sensibilización sobre lo que es un abuso sexual?
Para Sandra Fuentes Chávez, psicóloga y docente de la Universidad César Vallejo (UCV), existen personas que han normalizado la agresión sexual contra las mujeres y la disfrazan como una broma buscando satisfacer su burla o diversión personal.
“Lo que lleva a una persona a exponer un hecho de violencia sexual de la forma en que lo ha hecho este joven es el aval que tiene en su grupo de amigos, familia, etc., con el tratamiento de burla sobre un tema tan sensible. Incluso, podría esperar generar una reacción de risas, aprobación o aliento de sus grupos cercanos porque ya lo tienen normalizado. Aquí intervienen actitudes machistas y estilos de crianza con los que han sido formados”, señaló la especialista quien, además, mencionó que una persona que publica este tipo de contenidos es consciente de la repercusión negativa que puede tener; pero está mucho más enfocado en que su burla dé resultados (“tener más seguidores o acaparar la atención”).
El papel de las familias
Para la especialista en psicología, la guía familiar es fundamental para no criar a niños y niñas que en su vida adulta se conviertan en abusadores y machistas. Tener una familia muy permisiva, por ejemplo, podría hacer que los jóvenes se sientan cómodos rompiendo las reglas sociales, ya que consideran que siempre tendrán el apoyo y respaldo de sus familias, hagan lo que hagan.
“Como padres es necesario que sepamos establecer límites en las acciones de nuestros hijos y que sepan, ante todo, que el respeto por la integridad de otra persona debe prevalecer. Y, así como debemos enseñarles que nadie debe acercarse a ellos o tocarlos sin su consentimiento, ellos también deben respetar el espacio e intimidad de cualquier persona”, manifestó la Dra. Sandra Fuente.
Frente a esta situación, la docente de la UCV brindó algunos puntos a tener en cuenta en la crianza de nuestros hijos:
La concienciación debe empezar desde que son pequeños, fomentando el respeto entre todos y fortaleciendo los límites y acciones que conlleven a ser tolerantes con las personas, respetando ideas o puntos de vista.
Si nos referimos netamente al respeto hacia la mujer, es importante involucrar a los hombres de la familia en las tareas del hogar, haciéndolos partícipes de las funciones existentes, no como “ayuda” sino como obligaciones como las tendría cualquier miembro de la casa. Asimismo, debemos entrenar sus habilidades sociales, incentivándolos a ser agradecidos, practicando valores, actuando con asertividad, sin la menor intención de dañar a los demás.
Durante la crianza se debe trabajar la afectividad, el respeto y la tolerancia; pero, sobre todo, ser padres que enseñen con el ejemplo. Los hijos crecen siendo el reflejo de las figuras parentales y de la propia familia, por lo que es de suma importancia inculcarles la autoevaluación para detectar y ser conscientes tanto de sus fortalezas como debilidades. Solo de esta forma se pueden corregir conductas que puedan afectar a otras personas.
Finalmente, la especialista argumentó que es necesario abordar este tipo de casos con nuestros hijos y explicarles el contexto de una agresión sexual. “Que la víctima esté inconsciente, sin poder decidir, es un acto de violencia sexual. Se está abusando de sus derechos y de su integridad física, moral, sexual y emocional; sin darle la oportunidad de poder defenderse”, finalizó.