Los ácidos grasos omega-3 y la vitamina K de la coliflor ayudan a prevenir la inflamación crónica que conduce a condiciones tales como artritis, dolor crónico y ciertas condiciones intestinales.
La coliflor
La coliflor es ese vegetal al que muchos evitan, ya sea porque emite un fuerte olor al ser cocinada, puede causar hinchazón o porque simplemente no les gusta su sabor. Sin embargo en la medida en que sus diversos beneficios para la salud se hacen cada vez más conocidos, este vegetal crucífero está comenzando a aparecer en innovadoras recetas con coliflor en platos de restaurantes o en los hogares.
Otras propiedades
Estos son algunos de los beneficios de la coliflor que creemos son más importantes para nuestra salud.
La coliflor está compuesta casi en su totalidad de agua (90% aproximadamente) y tiene un aporte calórico muy bajo, por lo que es una muy buena candidata para consumir en dietas para bajar de peso.
Una de las propiedades más importantes de la coliflor es que contiene un compuesto de azufre llamado Sulforafano que se ha demostrado que actúa sobre las células madre del cáncer, pudiendo retrasar el crecimiento de tumores. Este compuesto también mejora la presión arterial y como veremos más adelante, también mejora la función renal.
Es una gran fuente de vitaminas y minerales. Por ejemplo una ración de coliflor nos puede llegar a aportar casi el total diario recomendado de vitamina C. Además también es una gran fuente de vitamina B6, vitamina K, calcio, tiamina, niacina, riboflavina, fibra, fósforo, magnesio, manganeso, potasio, ácido fólico y ácido pantotéico.
Tiene propiedades diuréticas, por lo tanto es ideal en casos de retención de líquidos debido a que ayuda a eliminar líquidos retenidos.
Otro dato importante es que la coliflor aporta considerables cantidades de colina, una vitamina del grupo B que es conocida por su papel importante en el correcto desarrollo del cerebro.