El Rey de Marruecos, Mohammed VI, ha presidido en la sede del Parlamento en Rabat, la apertura de las nuevas sesiones de la Institución Legislativa marroquí, y a la que asistieron como invitados de honor la Señora Kristalina Georgieva, Directora General del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Sr. Ajay Banga, Presidente del Grupo del Banco Mundial.
En su discurso destacó la gran voluntad de todo el país, Rey y pueblo, de reconstruir lo que ha devastado el último terremoto que azotó al país, acelerando las tareas de reconstrucción ofreciendo ayuda y asistencia a las familias afectadas por el gran sismo con el objetivo de rehabilitar los servicios básicos de la poblacion a la mayor brevedad posible.
Con esta ocasión, el Rey no ha dejado de reiterar su reconocimiento y sus agradecimientos a los países hermanos y amigos, que habían expresado su solidaridad con el pueblo marroquí.
Es así como el discurso Real ha puesto de manifiesto los valores fundadores de la identidad nacional unitaria, los cuales han permitido superar las adversidades impuestas por la catástrofe natural. Se trata, en concreto, de los valores religiosos y espirituales basados en el Islam Sunní Maliquí del justo medio, que aboga por la tolerancia y la coexistencia entre los diferentes Credos y civilizaciones; los valores nacionales que fundaron la nación marroquí, basada en la Monarquía que comparte una pleitesía recíproca entre el Trono y el pueblo; y los valores de la solidaridad y la cohesión social, entre grupos, generaciones y regiones del país.
A raíz de estos valores nacionales que hacen de la familia, en tanto que célula fundamental de la sociedad, y los vínculos familiares algo sagrado, el Rey ha reiterado su mensaje dirigido al Gobierno sobre la revisión del Código de la Familia y la puesta en marcha del programa de apoyo social directo, a fin de materializar los valores de solidaridad social, tan arraigados entre los marroquíes.
Dicho apoyo, cuyo objetivo no es otro que el de combatir la pobreza y la precariedad y a mejorar los índices de desarrollo social y humano, estará destinado a los niños en edad escolar, así como aquellos que se encuentran con minusvalía o recién nacidos; además de las familias necesitadas y en situación precaria, sin hijos en edad escolar, especialmente aquellas que se hacen cargo de personas mayores.
El proceso de aplicación de este programa hará uso del Registro Social Unificado, así como aprovechará la eficiencia que ofrecen las nuevas tecnologías.
A modo de conclusión, el Rey hizo un especial hincapié en el respeto de los principios de solidaridad, transparencia y equidad, aportando el apoyo a las personas que lo merezcan. Del mismo modo, instó al Gobierno a dar prioridad a la racionalización y eficiencia de los programas de apoyo social en curso, y asegurar la perennidad de los medios de financiación a través de la adopción de una buena gobernanza de este proyecto, en todas sus dimensiones, y establecer un mecanismo especial de seguimiento y evaluación, que garantice los motivos de un desarrollo y evaluación permanente.
