Las izquierdas se esfuerzan en maquillarse desesperadamente luego de ocasionar la muerte de más de 26 humildes peruanos que engañados, manipulados o circunstancialmente implicados en lo que pensaban era una justa protesta, terminaron envueltos en la miserable violencia provocada por los extremistas que estaban gobernando y dieron un golpe de Estado, felizmente fallido, de la mano del dictador enjaulado: Pedro Castillo, miembro de la organización criminal “los dinámicos del centro”, también conocida como el partido Perú libre.
Ante la expresión agresiva de la izquierda radical en las calles, atacando fábricas y oficinas públicas, transportes de pasajeros, pretendiendo descarrilar el tren de turistas a Machu Picchu, invadiendo aeropuertos y destruyendo las luces de las pistas de aterrizaje, acciones efectuadas con un gran arsenal de armamento casero y artefactos explosivos de distinta naturaleza, muy al margen de contar con una excepcional y millonaria logística cuya procedencia está relacionada al narcotráfico y la minería ilegal y contaminante, era necesario y justificado responder con tres herramientas inmediatas: aviso público para que depongan esas acciones, advertencia de no permitirse más daños y finalmente, control por la fuerza.
Los extremistas de las izquierdas divididas entre los que dejaban el poder y los que permanecerían gobernando, pero adaptándose por fin al marco constitucional, hicieron conocer sus verdaderos rostros y ambiciones, por encima de los intereses del país. Y por eso, tuvimos algunos días de absoluta incertidumbre e inestabilidad, donde las acciones terroristas ya no se efectuaban como antes “enmascarándose” y en la oscuridad, sino que la lamentable “legalización” de las organizaciones subversivas les permitió hacer lo que siempre hicieron, a luz del día y con mucha maldad, porque sus objetivos son desestabilizar, generar caos, promover el terror con desplazamientos destructivos y amenazantes, pero sobretodo, infundir miedo con rumores y agitación constante.
Pero el país no cedió y ahora tampoco cede, gracias a una multitud de ciudadanos que no les hacemos caso a los de las izquierdas del odio, la corrupción y la impunidad, y gracias a que nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional cumplieron de inmediato con darles respuesta, usando la Ley y la Constitución. Esa respuesta legal, legítima y justificada, se pretende manipular como si fuera todo lo contrario y para eso, las huestes herederas de sendero luminoso y el MRTA han “invitado” a ciertas oenegés y grupos de interés político para inventar escenarios y levantar calumnias contra nuestro país, como lo hicieron en aquellos tiempos en que liberaron a los asesinos terroristas que trajeron dolor, tristeza y destrucción al Perú.
Por eso, el nuevo gabinete que se ha recompuesto en ministerios escenciales para esta etapa, debe ser tenazmente antisubversivo, porque estamos en guerra con un enemigo interno y fundamentalmente externo: el Foro de Sao Paulo y sus brazos armados en México, Argentina, Colombia, Bolivia y Honduras (muy al margen de sus sostenes como Cuba, Nicaragua y Venezuela).
¿Antisubversivo? Sí, porque ya se ha declarado la existencia de una oposición armada en algunas regiones, oposición antítesis de la democracia, oposición irrespetuosa de la Constitución.