No debe pasar desapercibido el ataque defensivo y preciso de Israel sobre Gaza que eliminó a tres cabecillas y peligrosos terroristas de la Yihad Islámica Palestina (YIP), obediente a Irán.
La operación “Escudo y Flecha”, de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), abatió a Khalil Bahitini, comandante del grupo en el norte de Gaza, y que ordenó los ataques con cohetes contra el sur de Israel el mes pasado; Jahed Ahnam, uno de los más altos oficiales del consejo militar de la organización, y Tarek Azaldin, quien dirigía, desde Gaza, las actividades terroristas del grupo en Cisjordania (Judea y Samaria), además coordinaba las transferencias de dinero para tal fin e incitaba ataques contra civiles israelíes.
Asimismo, destruyeron 10 lugares de producción de armas y complejos militares, sitios de producción de cohetes, entre otros.
Dicha respuesta fue motivada por los recientes ataques de la YIP -casi cien cohetes- contra ciudades israelíes y como prevención de un ataque inminente.
El gobierno de Netanyahu obtuvo el respaldo unánime de todos los partidos políticos por dicha acción defensiva. Ello refleja que los israelíes están hartos de los ataques terroristas desde Gaza contra civiles y aunque las agresiones no terminarán, estas seguirán teniendo una respuesta adecuada, firme y justa de las FDI.
La YIP es una organización considerada terrorista en Estados Unidos y la Unión Europea y es apoyada por el régimen iraní, enemigo jurado de Israel y que desconoce su existencia. Utiliza a la población civil de Gaza como escudos humanos, porque se esconden entre ellos.
Ahora si Hamás, que es otra organización terrorista que gobierna la Franja de Gaza y tiene a casi dos millones de palestinos secuestrados en esa región, pretende realizar represalias, será su absoluta responsabilidad.
De seguro, que una vez más, parte de la comunidad internacional no querrá entender, por razones ideológicas, antisemitas, por una mentirosa solidaridad o ceguera, y más bien criticará la acción israelí, que es netamente de autodefensa. A Israel no le interesa esas opiniones insensibles, debido a que está defendiendo a su población, como lo haría cualquier nación ante ataques de los terroristas.