Excanciller Gonzales Posada indicó que conspiración para engañar a la justicia sobre contratos con el artista, fue determinante
Para Luis Gonzales Posada, ex ministro y congresista aprista, Richard Swing es uno de los personajes políticos del año por evidenciar la red de mentiras de Vizcarra, que culminaron con su destitución.
¿Por qué cree que Richard “Swing” fue clave para la caída de Vizcarra?
Porque desenmascaró a Vizcarra, que negó su amistad, pero no pudo explicar su presencia en Palacio de Gobierno durante la ceremonia de toma de posesión y otras seis visitas registradas, ni tampoco su contratación en el ministerio de Cultura.
¿Considera que esos momentos fueron claves?
Ahí comenzó su enredo, el descalabro, acrecentado por dos horas de patéticas grabaciones con las secretarias coordinando una misma versión para engañar al Congreso y a la fiscalía sobre la presencia de “Swing”, un oscuro episodio que también registró extrañas desapariciones de correos y videos de la casa de Gobierno.
¿Entonces eso afectó el blindaje que tenía el expresidente?
Lo perforó (el blindaje). “Swing, no es un delincuente; es un artista que apoyó la campaña presidencial de PPK y después Vizcarra gestionó que le dieran trabajo en el ministerio de Cultura. Si así lo hubiera dicho, con transparencia, no pasaba nada, pero se enredó en sus mentiras. Lo mismo sucedió con el empresario Antonio Camayo, a quien dijo no conocer, pero un peritaje demostró que la foto era verdadera.
FALSEDADES
Vizcarra, al parecer, ha emitido más de una mentira…
Son tantas (mentiras), que el periodista Martín Ripel, que publicó un primer libro del taimado personaje, debe tener el fichero rebosante para un segundo volumen, comenzando con la historia que Vizcarra sí contactó a líderes políticos desde la embajada en Canadá para decirles que no iba a renunciar a la Vicepresidencia y pedir apoyo cuando se produjera la vacancia de PPK, demostrando deslealtad y conspiración. Pero mintió más; el 2009 ofreció construir 80 hospitales, mil colegios y carreteras que nunca hizo ni se disculpó.
¿Pero no le parece que su caída es por las presuntas coimas de Obrainsa e ICCGSA?
Así como negó que su empresa constructora tenía alguna vinculación con Odebrecht, que más adelante se demostró que era verdad, ahora arguye que las acusaciones de la fiscalía, con testimonios de seis testigos, son respuesta a su lucha contra la corrupción. En fin, a Vizcarra la historia no lo juzgará; ya lo está juzgando.
LOS “MORADOS”
¿Cree usted que el gobierno de Sagasti tiene vinculaciones con Vizcarra?
Los “morados” defendieron a Vizcarra para que el Congreso no lo destituya, atacaron a mansalva al presidente transitorio Manuel Merino, alentaron marchas violentas y criminalizaron a la Policía, todo lo cual abrió el camino a Sagasti. Ahora no tocan a Vizcarra ni con el pétalo de una rosa, no dicen una palabra de su desastrosa gestión en la pandemia, no deslindan por qué continúa en el cargo la ministra de Salud, Pilar Mazzetti. Todas esas son señales que existe un pacto.
Usted dijo que las manifestaciones del norte, centro y sur son coletazo de lo que sucedió en Lima.
En Lima hemos visto a gente lanzando piedras, pinturas, palos o bombardas a los policías que impedían el ingreso de los manifestantes al centro de la ciudad y que ataquen el Congreso. Esas turbas fueron alentadas por sectores de la prensa y llegaron al extremo de desplazarse a las casas de Manuel Merino y Antero Flores-Aráoz, insultando y aterrorizando a sus familias.
¿Ese clima de violencia puede ser una señal?
Fue un clima de violencia consentida que constituye una señal para que agitadores y delincuentes tomaran carreteras, asaltaran fundos y agredieran a la Policía, utilizando inclusive bombas molotov. Los efectivos fueron a desalojarlos casi desarmados y 42 de ellos resultaron heridos.
VIRAJE
¿Qué opina sobre el rol del Gobierno en estas marchas?
El Gobierno no ha agradecido la valerosa actuación de la policía, como hizo con los marchantes de Lima, incluyendo una exposición en el Lugar de la Memoria, organizada por los Ministerios de Cultura y de Relaciones Exteriores, con el intromisivo auspicio de la embajada de España.
Con este panorama ¿qué puede pasar con el Gobierno Sagasti?
Si el Gobierno no realiza un rápido viraje total a su política habrá más caos y violencia, sobre todo en este tiempo de elecciones con desempleo y aumento de la inseguridad. Para ello debe aprobarse una agenda consensuada entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. No queremos que el Gobierno siga convulsionado, porque continuaremos deslizándonos a un pozo de insondable profundidad.
