Las fuerzas de Rusia atacan con más fuerza al este de Ucrania.
Rusia ha intensificado el ataque con misiles a las posiciones ucranias del frente oriental y sur. Járkov, en el noreste de la nación, Mikolaiv, al sur, en la costa del océano Negro, y los pocos municipios aún no ocupados por Rusia en la zona de Donbás permanecen sufriendo un crecimiento en los niveles de devastación.
El mandatario ucranio, Volodímir Zelenski, hizo saber el lunes que Moscú había iniciado la esperada nueva enorme ofensiva para hacerse con el control total de Donbás. Este martes, el mandatario ha confirmado en un vídeo colgado en su canal de Telegram que la magnitud de los ataques en Járkov, las zonas de Donbás y en Dnipropetrovsk “ha incrementado significativamente”.
El recrudecimiento de las operaciones con misiles balísticos y lanzaderas de cohetes Grad está ocasionando decenas de muertos civiles en las zonas orientales y en la parte sur de Ucrania. Las autoridades locales de Kreminna, de 18.000 pobladores, a 100 kilómetros al sur de Kiev, han confirmado que las tropas rusas se hicieron con el control de esta urbe.
La noche ha sido especialmente violenta en 2 enclaves donde se espera que Rusia ponga toda la carne en el asador para ocuparlos: en la provincia de Mikolaiv, a las puertas de Odesa, y en Donbás, donde ya ocupa la mayoría de la zona. La prioridad de la potencia invasora es tomar el pleno control de esta región para finalizar con la operación bélica que comenzó en 2014 dando apoyo a los separatistas prorrusos de las provincias de Donetsk y Lugansk. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha comunicado este martes de que la nueva etapa de la invasión ha comenzado para poder hacer la “liberación completa” de Donbás.
