Este triunfo marca un antes y un después para la selección sanmarinense, que llevaba dos décadas sin ganar y haber acumulado 140 partidos sin victoria.
En un hecho histórico para el fútbol europeo, San Marino, el equipo ubicado en el último puesto del ranking FIFA, consiguió su primera victoria oficial al derrotar 1-0 a Liechtenstein en el debut del grupo D de la UEFA Nations League.
El héroe del encuentro fue Nicko Sensoli, un joven de tan solo 19 años que milita en la Serie D de Italia, quien anotó el único gol del partido a los 52 minutos.
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La jugada se originó tras un pelotazo lanzado por Giacomo Benvenuti al área rival, donde un error en el despeje de Sandro Wieser permitió que Sensoli se adelantara al arquero Benjamin Büchel y marcara el gol de la victoria.
Este resultado también representa sus primeros tres puntos en el certamen, colocándolos momentáneamente como líderes de su grupo, donde de igual manera compite con Gibraltar.
San Marino ha disputado 175 partidos oficiales a lo largo de su historia, de los cuales ha perdido 170 y empatado cinco. Su última victoria fue en 2004, también contra Liechtenstein; pero en un encuentro amistoso.
El impacto del triunfo se extiende también por la geografía y demografía del pequeño país. San Marino, con una población de cerca de 36,000 habitantes dispersos en 61,2 km², ha encontrado una razón para celebrar que unifica a todos sus ciudadanos. Los festejos se extendieron hasta el Palazzo Pubblico, donde se congregaron cientos de personas para compartir la alegría de un logro tan esquivo.
Asimismo, este reciente éxito también puede considerarse como una continuación de una tímida pero visible mejoría en la capacidad ofensiva de San Marino. De hecho, venía de convertir en cuatro partidos consecutivos por primera vez.
Al margen de lo que este triunfo pueda significar en términos de puntos y clasificaciones futuras, lo más importante para San Marino es el impacto emocional e histórico que tiene para el país y sus habitantes. Un gol, por sencillo que pueda parecer, ha puesto fin a dos décadas de frustración deportiva.
