Delincuentes lo atacaron junto a su familia en su casa en San Isidro. El exvicepresidente sospecha que fue por encargo de algún enemigo político.
El exvicepresidente de la República, David Waisman, fue víctima de robo en su propia casa, ubicada en el distrito de San Isidro. El político de 86 años de edad contó los momentos de terror que se vivió en su predio el último jueves 11 de agosto, donde además lo mantuvieron secuestrado junto a su esposa y personal de servicio.
El exministro de Estado del gobierno de Alejandro Toledo sostuvo que todo ocurrió cuando se encontraba viendo televisión junto a su esposa en su dormitorio, cuando unos delincuentes ingresaron y lo amenazaron de muerte para que revelase dónde guardaba sus objetos de valor.
El personal del servicio fue obligado a conducir a los malhechores hasta la habitación de Waisman y su esposa. En el lugar, los esposos no se habían percatado de lo que ocurría en su vivienda hasta que los ladrones ingresaron abruptamente.
“‘¡Tranquilos, carajo! ¡Esto es un asalto!’, dijeron. Me paré, vino un desgraciado y me empujó, me volví a parar, discutí y mi señora se encerró en el baño. Seguí discutiendo y me dieron un cachazo en la cabeza y mano con un material que no sé si fue un fierro o qué, que me dieron acá [señala su mano], mientras me apuntaba con un revolver. Quería que hable”, narró.
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Mientras esto sucedía, su esposa, en el baño, sacó su cabeza por la ventana que da a la calle y comenzó a dar gritos de auxilio para que sus vecinos los socorrieran. De forma inmediata, dieron aviso a la comisaría de Orrantia.
Un patrullero con dos policías y otros dos que iban a bordo de una motocicleta policial realizaban su ronda por la zona cuando fueron alertados. Fue entonces que se dio inicio a un operativo por el lugar para dar con los delincuentes quienes al escuchar las sirenas huyeron despavoridos de la vivienda.
El exvicepresidente del gobierno de Alejandro Toledo, exministro de Defensa y excongresista de Perú Posible en tres ocasiones dijo estar casi seguro que lo vivido se trata de una represalia de sus enemigos en la política que buscan amedrentarlo por sus recientes posturas.
“Yo sospecho de mis enemigos políticos que toda la prensa lo sabe y a los que yo he condenado hace poco tiempo, poquísimo tiempo”, complementó.