Por: Sergio Tapia
Tercera vez que el Perú queda honrado por la visita del Pontífice de la Iglesia Católica.
Juan Pablo II nos visitó cinco días en febrero de 1985 (se trasladó a ocho ciudades) y, dos días en mayo 1988 (permaneciendo sólo en Lima, con ocasión del V Congreso Eucarístico Mariano de los países bolivarianos).
Desde ayer 18 de enero, Su Santidad el Papa Francisco, está entre los peruanos, permanecerá cuatro días (se trasladará a tres ciudades). Arribó cuando Lima celebró su 473 aniversario fundacional.
La visita del líder religioso de la iglesia que es la principal para los peruanos, es todo un acontecimiento, por la importancia de la cercanía de esta jefatura, por la enseñanza que sembrará en materia moral en los temas que seleccionará especialmente a nuestro pueblo. Sus homilías y discursos habrán de quedar como patrimonio de reserva intelectual y ética, para la guía de las conciencias de los creyentes y de todos los que movidos por la buena fe aunque no sean creyentes o no suelen ser cristianos practicantes, hallarán en las palabras y gestos del Papa Francisco una fuente de inspiración, para buenos propósitos y recta conducta.
El Pontífice Romano por su naturaleza goza de especial relevancia. Es el jefe supremo y único de la Iglesia Católica. Con triple autoridad directa sobre cada uno de los miembros de la Iglesia (de la que se es miembro, mediante el bautizo): El Papa es autoridad legislativa, ejecutiva y judicial. La forma de gobierno de la Iglesia asemeja a la monarquía, una de las formas legítimas del gobierno de la sociedad política. Pero, en este caso, siendo la Iglesia una sociedad religiosa, la envuelve el misterio de la religiosidad. Porque será necesario develar y desentrañar su específica significación, no sólo con el esfuerzo intelectual, sino con la íntima disposición de ser auxiliado por la luz de la fe. Porque la fe es creer para entender y comprender.
La Iglesia Católica tiene presencia en el Perú en diversas dimensiones. Una, a destacar, es la histórica, cultural y moral. Pues, la Nación Peruana, se forja y se nutre con la cosmovisión cristiana. Rol que le es reconocido a la Iglesia Católica en el artículo 50° de nuestra Constitución. Otra, a considerar, es la promoción social y en materia de cuidados de la salud, que presta la Iglesia, en suplencia al rol que el Estado debiera ejercer y que por diversas causas no lo hace. Es una materia aún pendiente relevar esta aportación de la Iglesia a la sociedad peruana.
En materia educacional, la Iglesia por derecho natural y debido al celo de su compleja y muy amplia dimensión organizacional, tiene una oferta educativa de primer nivel, en todos los estratos socio-económico-culturales, abarcando la diversidad de los niveles educacionales: pre-escolar, escolar, técnico y universitario.
La Iglesia Católica nunca podrá ser entendida, cabalmente, si se omite un dato de su esencial naturaleza: en Ella está Dios, en Ella permanece Jesucristo entre nosotros. Expresándose en la oferta de los sacramentos, que son los signos sensibles de esa realidad divina que es invisible e impalpable para nuestros sentidos, que nos limitan.
Bienvenido a Lima, a Madre de Dios y a Trujillo: Papa Francisco.
Blog (colección artículos publicados en La Razón): https://sergiotapiatapia.blogspot.com/