Por: Iván Yueh-Jung Lee
Representante de la Oficina Económica y Cultural de Taipei
Desde la aparición de la pandemia del COVID-19 en 2020, ésta ha provocado un gran impacto en la salud y la vida de todas las personas. En la actualidad, todo el mundo sigue depositando sus esfuerzos para hacer frente a la pandemia, la cual ha infectado a más de 127 millones de personas y ha dejado cerca de 3 millones de fallecidos dejando claro que la pandemia ha hecho que el mundo reconozca que las enfermedades infecciosas no conocen fronteras.
Al cumplirse un año de declarase el COVID-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional, todas las partes siguen clamando la importancia de la unidad en la lucha contra la pandemia.
Cabe resaltar que hasta la fecha Taiwán ha registrado menos de 1.024 casos confirmados y 10 muertes, por lo que ha sido reconocido universalmente como un ejemplo en prevención epidémica, y por este motivo, la Presidenta Tsai, Ing-wen ha sido elegida como una de las 50 personalidades más influyentes del mundo según Bloomberg News.
Asimismo, tanto las actividades económicas como el modelo de gobernanza de muchos países se han visto gravemente afectados por esta pandemia y ha cambiado de forma estructural el estilo de vida de toda la humanidad. En este contexto, el PIB de Taiwán ha experimentado un crecimiento positivo del 2,98%, por lo que Taiwán es un aliado importante en la reestructuración de las cadenas de suministro globales en la era postpandemia.
La experiencia de prevención epidémica democrática del “Modelo de Taiwán” se ha convertido en un modelo para la prevención epidémica mundial. El Gobierno de Taiwán ha implementado de forma continua el espíritu de “Taiwán puede ayudar y Taiwán está ayudando”, con el que se ha conseguido la aprobación y elogios de la comunidad internacional. El COVID-19 ha provocado que dicha comunidad haya reconocido la necesidad e importancia de la participación de Taiwán en los mecanismos de cooperación de la prevención epidémica mundial y haya apoyado con un vigor sin precedentes la participación de Taiwán en la OMS.
Por ejemplo, el Gobierno de Taiwán, en combinación con los recursos del sector privado y la buena voluntad de los ciudadanos, efectuó cuatro rondas de ayuda humanitaria internacional contra la pandemia, en la cual donó 54 millones de mascarillas quirúrgicas y otros artículos de prevención epidémica a más de 80 países. Asimismo, Taiwán se ha servido de un sistema de inteligencia artificial de prevención epidémica para completar muchas políticas innovadoras, que ha sido foco de atención internacional por su eficaz control de la pandemia. Mediante la celebración de “foros internacionales de COVID-19”, “el Marco Global de Cooperación y Capacitación” (GCTF, siglas en inglés), así como la participación en “las reuniones de alto nivel de salud y economía de APEC” y otras reuniones en línea bilaterales o multilaterales, sumando más de 140 conferencias en más de 60 países.
Gran parte de la comunidad internacional está convencida que por consideraciones políticas se ha dejado a Taiwán como una brecha en la red de prevención de enfermedades infeccionas transnacionales y de seguridad sanitaria. Por ello, ya se han pronunciado países como Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Francia y otros países, así como más de 1.700 parlamentarios de más de 80 países apelaron a la OMS para que admitiera a Taiwán, de modo que sus 23.5 millones de habitantes queden bajo su cobertura y que el aislamiento de Taiwán, que su ausencia de la OMS origina, no interrumpa la cadena de prevención y lucha con el coronavirus y otras enfermedades infeccionas transnacionales.
Consideramos que es indispensable que la OMS acepte plenamente la participación de Taiwán en la OMS de manera que éste no se convierta en una laguna latente en el sistema global de la lucha contra el COVID-19, el enlace de Taiwán en el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) debería propiciar contacto global inmediato y es necesario mejorar la participación de Taiwán en las reuniones técnicas de la OMS, dejando de lado las injustas consideraciones políticas.
Es importante señalar que durante todo ese tiempo, Taiwán ha contribuido constantemente a mejorar las redes regionales y mundiales de prevención de enfermedades, y ha dedicado todos su esfuerzos a ayudar a otros países a superar los desafíos de la atención sanitaria, todo ello con la intención de hacer realidad de manera conjunta la visión de la OMS de que la salud es un derecho humano fundamental.
Indudablemente, Taiwán continuará buscando participar en la Asamblea Mundial de la Salud en calidad de observador y en las reuniones y actividades de la OMS con el fin de garantizar la salud y el bienestar de sus 23.5 millones de habitantes y de toda la humanidad.