Avenidas congestionadas y tarifas elevadas: el golpe al bolsillo de los limeños.
El incremento de las obras de infraestructura en avenidas principales de Lima, como Miraflores, Surco y San Miguel, no solo ha intensificado el tráfico vehicular, sino que también ha generado un aumento considerable en las tarifas de taxis por aplicativos, afectando la economía de los ciudadanos. Las quejas por los elevados costos han inundado las redes sociales, donde los usuarios comparten su descontento y exigen soluciones.
El caos generado por las construcciones en puntos estratégicos de la capital ha provocado que los tiempos de traslado se extiendan, activando las tarifas dinámicas en las plataformas digitales de transporte. Esta situación, que ya venía afectando a los limeños, se ha agravado en épocas de mayor movilidad, como las fiestas navideñas. Usuarios reportan precios exorbitantes en rutas que antes eran consideradas accesibles. Por ejemplo, un viaje del Rímac a San Miguel puede costar hasta 55 soles, mientras que de Jesús María a Surco llega a los 50 soles.
Las quejas también incluyen trayectos cortos que han duplicado o triplicado su costo habitual. Rutas como Miraflores a Barranco, que solían costar menos de 12 soles, ahora superan los 25 soles. En Twitter, la cuenta ‘Ciudadano Cae’ evidenció el problema con un comentario que se hizo viral: “Este año no habrá regalos navideños, todo se fue en taxis”.
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Entre las obras que contribuyen al caos se encuentra la construcción paralizada de un puente en la bajada Armendáriz y los trabajos en la intersección de Universitaria con Venezuela por la futura Línea 2 del Metro de Lima. Estas intervenciones, aunque necesarias, han agravado la situación del tráfico en la capital, que ya es conocida como la ciudad con el peor congestionamiento vehicular de América Latina. Según la Asociación Automotriz del Perú, la velocidad promedio en horas punta es de apenas 15 a 17 km/h.
Karstein Kunckel, presidente de la asociación, atribuye esta problemática a la falta de una adecuada planificación urbana. “Estamos pagando las consecuencias de decisiones tardías y soluciones temporales. Urge pensar en cómo se desarrollará la ciudad en las próximas décadas”, declaró. Mientras tanto, los limeños siguen enfrentando el impacto de un sistema de transporte costoso e ineficiente, que afecta tanto su tiempo como su bolsillo.