Hoy se cumplen 50 años del adiós formal del legendario cuarteto británico, marcando un hito en la historia de la música.
El 29 de diciembre de 1974 quedó grabado en la memoria colectiva como el día en que The Beatles disolvieron oficialmente su sociedad. John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr firmaron un documento que selló el fin de una de las bandas más influyentes en la historia del rock, cerrando un capítulo que había comenzado casi una década antes y que revolucionó el panorama musical.
La separación no fue una sorpresa para los seguidores atentos. Desde 1969, los integrantes ya habían comenzado a trabajar por separado, impulsados por diferencias personales, tensiones creativas y la pérdida de su mánager Brian Epstein en 1967. La llegada de Allen Klein como nuevo representante no logró restaurar la armonía del grupo.
“Se convirtieron en individuos, más que en partes de un todo”, explica Peter Doggett, autor del libro You Never Give Me Your Money: The Battle for the Soul of The Beatles. La firma del llamado “The Beatles Agreement”, un documento manuscrito fechado el 29 de diciembre de 1974, oficializó el reparto de los derechos sobre las canciones y las propiedades legales de la banda, permitiendo a cada miembro seguir su camino.
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Las consecuencias de la separación resonaron en todo el mundo. Holly Tessler, especialista en estudios sobre los Beatles de la Universidad de Liverpool, asegura que el distanciamiento entre los miembros hacía inevitable la ruptura. “El hecho de que nunca se reunieran, a pesar de las numerosas y lucrativas ofertas, demuestra cuán profundas eran sus diferencias”, señala.
A pesar de su disolución, The Beatles dejaron un legado inmortal. Sus canciones continúan siendo un símbolo de creatividad, libertad y optimismo, conceptos que marcaron la década de los 60 y que escasean en el mundo actual, reflexiona Doggett. Durante estos 50 años, su música ha inspirado a generaciones y sigue siendo un referente cultural.
En retrospectiva, la separación permitió a los integrantes explorar sus propios caminos artísticos, pero también significó el final de una era que transformó la música y la sociedad. Medio siglo después, The Beatles siguen siendo únicos, insustituibles y eternamente vigentes.