La cantante argentina se sincero y dio detalles muy íntimos sobre lo que ha estado viviendo
Luego de realizar 5 shows y exponer su nuevo álbum «Un Mechón de Pelo», Tini contó cómo fueron los últimos años de su carrera en una entrevista a través de la plataforma de Flow. Hablo desde su salud mental, la internación de su padre, y las criticas que recibe a diario de su cuerpo.
La entrevista la dirigió el psicólogo, psicoanalista y escritor Gabriel Rolón conocido mayormente por sus libros de autoayuda que se han puesto muy de moda a través de la gran publicidad que diferentes usuarios comparten por sus redes sociales, en especial Tik Tok.
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la entrevista comenzó siendo muy directa, al estilo de los argentinos, Rolón le pregunto a la intérprete que tanto de ella había inspirado a la elaboración del álbum
«Lo de mi papá fue la gota que rebalsó un vaso lleno de agua. Me encontré en lugares oscuros, no sabía qué nombre ponerle, no sabía a quién recurrir, no sabía si contarlo o no. Me daba vergüenza. Fue muy rápido el desalme, por así decirlo, de sentir morir a mi papá, a tener que estar arriba de un escenario sonriendo», dijo
En otra parte de la entrevista, la artista señaló que no estaba para nada familiarizada con lo que conllevaba el cuidado de la salud mental y lo que implica, «Me encontré con que un día yo no me podía levantar de la cama. Pero no es porque no tenía fuerza física, sino que mi alma me dijo: «No podés más». Y ahí me metí en un lugar de sensaciones y sentimientos que pensaba que no iba a poder superar, que me iba a quedar para siempre en ese lugar oscuro. Por eso arranqué el álbum tan personal», sostuvo.
Tini mencionó su tema «Posta» donde habla sobre los comentarios que ha recibido desde los inicios de su carrera refiriéndose a su cuerpo. «Con la crudeza y la maldad con la que se habla del cuerpo, de la cara, de la voz ajena, cuando se tendría que abordar el tema desde otro lugar. Sentía que taparme era la solución, me empecé a vestir grande, ponerme guantes, engordarme en las fotos. Yo ya lo había normalizado». «Me sentía despersonalizada, sentía que pasaban cosas puertas para dentro, en mi casa, en mi cuarto, y puertas para afuera tenía que sostenerme de la forma en que podía, con las herramientas que tenía», confesó.