Trabajadores de salud salen a las calles a protestar
Desde enfermeras hasta docentes, vestidos con batas y pancartas, se unieron en una marcha sin precedentes en el centro de Lima, marcando el inicio de una huelga indefinida. La demanda es clara: rechazo al recorte de aumentos salariales y la exigencia de un presupuesto justo para el 2024.
El descontento, expresado con la frase «A los congresistas les dan bono, a nosotros nos quitan lo ganado», permeó la manifestación desde sus primeros momentos. Cientos de profesionales de la salud, liderados por enfermeras, obstetras y nutricionistas, marcharon hacia la sede del Parlamento en un intento de hacer escuchar sus reclamos.
El panorama se volvió aún más tenso cuando se encontraron con docentes del Sutep, quienes también cumplían un paro de 24 horas en búsqueda de un aumento del presupuesto educativo al 6% del PBI en el 2024. Ambos gremios compartían la misma causa: un llamado a que se cumplan los compromisos laborales pactados.
La protesta no se limitó a Lima, extendiéndose por todas las regiones del país, desde el norte hasta el sur, cubriendo costa, sierra y selva. Los hospitales enfrentaron problemas operativos, y en Arequipa se suspendieron las clases escolares, mientras que en Ica se optó por sesiones virtuales.
La indignación que impulsó esta movilización no es repentina. Desde hace casi un mes, más de 57,000 profesionales de la salud han estado realizando plantones frente al Ministerio de Salud (Minsa). La firma de un acta en 2017, comprometiendo una nueva escala remunerativa, ha sido incumplida, generando un sentimiento de traición entre los trabajadores.
La secretaria general de la Federación Nacional de Obstetras del Minsa, Haydeé Peña, destaca la sorpresa y desilusión al descubrir que el último tramo de aumentos salariales, programado para diciembre, está en riesgo. La huelga indefinida es la respuesta de quienes se sienten burlados, una expresión colectiva en busca de justicia y equidad en el presupuesto para el próximo año.
