Desde las puertas del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), un grupo de trabajadores, representados por cuatro gremios sindicales, ha levantado su voz para denunciar la grave crisis que atraviesa la institución.
La falta de recursos, equipos obsoletos y la precaria atención a los pacientes han llevado a los trabajadores a manifestar su profundo malestar.
Entre las principales denuncias, destaca la paralización de varios ascensores, lo que dificulta el acceso de pacientes y trabajadores a las diferentes áreas del hospital.
Además, la escasez de medicamentos esenciales y la postergación de citas médicas por períodos de hasta seis meses ponen en riesgo la vida de cientos de pacientes, muchos de ellos provenientes de zonas rurales.
Alda Orihuela, secretaria del sindicato de enfermeras, expresó su indignación ante las condiciones laborales que se enfrentan los trabajadores.
Por su parte, Roxana Ortiz, representante del sindicato de tecnólogos médicos, confirmó que los equipos médicos se encuentran en mal estado, los insumos son insuficientes y los reactivos de laboratorio estarían vencidos.
Ante esta grave situación, ambos sindicatos exigen una pronta respuesta del director del INEN, Francisco Berrospi Espinoza.
Los trabajadores advierten que la situación se agrava con la intención de retirar el soporte nutricional a los trabajadores, muchos de los cuales padecen enfermedades crónicas.