Por: Martín Valdivia Rodríguez
“Me complace dirigirle estas líneas para saludarle y, a la vez, para solicitarle que, en la primera oportunidad que se reúna el pleno del Congreso a partir de la fecha, se me permita plantear, en nombre del Consejo de Ministros, una cuestión de confianza ante el Congreso”. Ese es el tenor de la carta dirigida al presidente del Congreso, Pedro Olaechea, por parte del presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar. Esa, su forma de no mantenerse “de brazos cruzados”, como lo había adelantado en una conferencia de prensa la semana pasada.
Y hoy ese ese día. Un día crucial para la democracia en el Perú. Un día complicado y un día
emblemático para el país, pues se pone de manifiesto la terquedad y la forma como NO se deben hacer las cosas con la finalidad de llegar a un acuerdo. Un día donde mostrarse los dientes será el común denominador y el diálogo apenas un esbozo de lo que pudo haberse consensuado en beneficio de todos los peruanos.
Ahora el motivo de conflicto ya no son solo las elecciones adelantadas (que el gobierno perdió por goleada), sino se ha trasladado al Tribunal Constitucional (TC), donde el proceso de elección de sus futuros miembros ha sacado roncha tanto a los sectores zurdos y caviares como al propio presidente Martín Vizcarra, quien –presionado por una serie de derrotas – toma esta decisión soberana y legal del Parlamento como una medida impositiva de los “fujiapristas” que se “repartirán” el TC para sacar provecho a sus intereses de grupo.
Según el gobierno, la decisión de elegir a los nuevos integrantes del TC es “apresurada”. ¿Podría ser apresurada una elección que debió tomarse hace más de tres meses? ¿No será que, al contrario, el gobierno se apresura en solicitar una “cuestión de confianza” para impedir que se elijan a los nuevos magistrados?
Esta torpe decisión le cuesta al país una enorme pérdida de confianza por parte de los agentes económicos internacionales y nos coloca a nivel de los países más miserables del África. ¿Qué argumentos sólidos ha presentado Vizcarra como para tildar a los postulantes al TC como topos de la mayoría del Congreso? ¿dónde están sus pruebas, señor Vizcarra? ¿Por qué su terquedad de querer paralizar al país? Como diría el ilustre patricio y ex presidente de la República, Fernando Belaúnde Terry: trabaje y deje trabajar, no siga hostigando más al país con sus elucubraciones pueriles ni su terquedad sin límites. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.