Un pastor que había sido secuestrado, fue encontrado por agentes de la PNP, secuestradores exigían un pago millonario para no matarlo
Después de un intenso trabajo, los agentes de la Policía Nacional del Perú localizaron al pastor evangélico secuestrado el pasado domingo 1 de septiembre en el centro poblado de Huamachuco, Trujillo.
Un grupo de delincuentes había secuestrado a Oswaldo Alva Polo, de 45 años, mientras regresaba de una iglesia junto a su esposa, Bacilia Gonzáles Acevedo.
El incidente ocurrió alrededor de las 10 de la noche, cuando los delincuentes, que se desplazaban en dos camionetas negras, chocaron contra la camioneta en la que viajaba la víctima y lo golpearon.
“Los vecinos nos informaron que una de las camionetas había estado estacionada desde temprano, con las luces apagadas pero el motor encendido,” detalló Bacilia.
Oswaldo iba acompañado por otra persona, identificada como Hilmar Manzanedo, quien también resultó herido por bala. Los vecinos informaron a la policía que los delincuentes se llevaron a la víctima en dirección a la Laguna Sausacocha.
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Según la esposa de la víctima, los delincuentes no habían contactado a la familia para solicitar un rescate, lo que generó especulaciones sobre una posible conexión del secuestro con grupos de minería ilegal que podrían tener conflictos con el pastor.
El general de la PNP, José Zavala Chumbiauca, indicó que este caso se investigó de manera confidencial para proteger la vida de la víctima. Sin embargo, el Ministerio Público ya está en diálogo con la víctima para esclarecer las razones del secuestro y para identificar a los delincuentes.
Hilmar Manzanedo y Bacilia Gonzáles recibieron atención médica en el hospital Belén de Trujillo debido a los impactos de bala que sufrieron durante el incidente. Se informó que Manzanedo recibió dos balazos, uno en la boca y otro en la clavícula, mientras que Gonzáles Acevedo fue golpeada en la cabeza con la cacha de un arma de fuego.
Luego del incidente, la Policía sigue investigando el caso para aclarar los hechos. La comunidad evangélica y los familiares de la víctima esperan que la justicia se haga cargo de los responsables.