En represalia porque se niegan a entregar a indocumentados para expulsarlos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planteó la posibilidad de enviar inmigrantes ilegales a «ciudades santuario», como se les llama a las que rechazan la deportación de indocumentados, como represalia por su negativa a implantar las medidas migratorias del Ejecutivo, confirmó este viernes el mandatario estadounidense.
El anuncio de Trump se produce luego que el Fiscal General de EE.UU., Jeff Sessions, amenazó con bloquear el acceso a parte de los USD 4.100 millones disponibles como fondos federales, en caso de no adherirse a las nuevas leyes migratorias, a las llamadas ciudades santuario: Nueva York, San Francisco, Seattle, Denver, Chicago y Filadelfia.
«Debido al hecho de que los demócratas no están dispuestos a cambiar nuestras muy peligrosas leyes de inmigración estamos, como se ha reportado, dando serias consideraciones a ubicar a los inmigrantes ilegales en ciudades santuario solamente», tuiteó Trump.
«La izquierda radical siempre parece tener una política de Fronteras Abiertas, Brazos Abiertos – ¡así que esto debería hacerlos muy felices!», agregó.
El plan de la Casa Blanca era enviar a algunas de estas localidades «de pequeño y mediano tamaño» al grueso de los inmigrantes detenidos en la frontera, con la intención de que las autoridades locales se vieran sumidas en el caos al ponerles en libertad, según The Washington Post.
Estados afectados
La publicación capitalina sostiene que la principal intención del Gobierno es tomar represalias contra municipios controlados por demócratas que se niegan a implantar las políticas migratorias del Ejecutivo.
La Casa Blanca indicó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) busca aliviar el problema de falta de espacio en los centros de detención.
Entre los municipios afectados por esta medida se encontraba el distrito 12 de California, cuya representante en la Cámara baja es la demócrata Nancy Pelosi. La oficina de la congresista ha reaccionado señalando que «el cinismo y la crueldad de esta Administración no pueden ser subestimados».
«Vamos a convertirnos en la peor pesadilla de este gobierno», dijo Melissa Mark-Viverito, portavoz del consejo de la ciudad de Nueva York, cuyos representantes prometieron seguir bloqueando la cooperación entre su policía local y las autoridades de inmigración federales.